El mundo del cortometrajes responde a una lógica propia en la resolución de las tramas. Lo que antes era pensado casi en exclusividad como la puerta de entrada a la carrera de realizador, hoy seduce a consagrados como Wes Anderson (ganador del Oscar de este año por “La maravillosa historia de Henry Sugar”), Alfonso Cuarón, Riz Ahmed y Pedro Almodóvar, por mencionar sólo algunos.
A no confundir brevedad con simpleza. Para contar en menos de una hora cualquier historia, se exige pulso, capacidad de síntesis y contundencia en el relato, requerimientos que no todos pueden alcanzar. Eso fue reconocido por la Academia de Cine y Artes Audiovisuales de Estados Unidos, que -bajo distintas dnominaciones- otorgó premios desde 1936. En una primera etapa, se distinguió por separado con estatuillas a los cortos que ocupaban una bobina (unos 11 minutos) y a los de dos bobinas; y entre 1957 y 1970 se unificó en Cortos de Acción Real y desde entonces, simplemente como Mejor Cortometraje (flmes de “no más de 40 minutos, incluidos todos los créditos”, según el reglamento), aunque con la división entre los que son con actuaciones y los animados; en este último rubro, hubo un argentino ganador: fue en 2009, cuando el productor Nicolás Schmerkinn se impuso con “Logorama”, presentada por Francia, donde reside y trabaja desde 1979.
La Academia de Cine de EEUU también entrega los Student Academy Awards, y para la edición de este año hay un corto nacional nominado entre los 15 finalistas. Se trata de “Crescendo”, realizado por alumnos de Producción y Realización Audiovisual de la Universidad Abierta Interamericana de Rosario con la dirección de Agostina Menna, que compite en la categoría “Experimental”. Llegó a la última instancia entre 2.800 filmes de todo el mundo y el vencedor se conocerá en la ceremonia de premiación que se realizará el martes 29.
En la Alianza Francesa
En los hechos, todos los grandes festivales de cine del mundo tienen su segmento competitivo para estas producciones y además hay certámenes especialmente enfocados en estas realizaciones. Desde hace 10 años, la Sección de Asuntos Culturales Internacionales del Ministerio de Asuntos Exteriores de Austria impulsa su proyecto “Serie de cortometrajes austríacos” con lo cual difunde internacionalmente 13 hechos en su país que fueron seleccionados y premiados.
Hoy podrán verse presencialmente en la Alianza Francesa de Tucumán (Mendoza 257) tres de esos filmes, dentro del Encuentro de Cine Europeo, con proyecciones gratuitas a partir de las 20. Será la oportunidad de apreciar una filmografía poco accesible, con actores casi desconocidos en estas tierras.
Bajo el lema “Historias que nos mueven. Foco en juventud y diversidad”, la propuesta que llega a la provincia esta noche tiene como punto en común el abordaje de las relaciones interpersonales en sociedades en crisis, con vínculos deteriorados, aunque desde enfoques muy disímiles entre cada producción.
En primer turno se verá “El otro extremo de la calle”, una corproducción con Hungría, escrita y dirigida por Kálmán Nagy y de 22 minutos. Cuando Abel, de nueve años, es atacado por su compañero Bence en la escuela, su padre decide visitar a los progenitores del agresor para poner fin al acoso constante. Sin embargo, la conversación no sale como esperaban y se enfrenta a un complejo dilema moral. Zsolt Nagy, Ágoston Sáfrány, Gáspár Téri y Milán Zikkert integran el elenco.
“Lullaby”, de Magdalena Chmielewska, gira alrededor de Eva (a cargo de Laurin Saied), una joven de 17 años que no puede dormir. Vive con su padre, y su insomnio se ha convertido en una mezcla insoportable de melancolía y martirio. En su desesperada búsqueda de sueño, intenta pasar la noche en casas ajenas, donde observa a los demás mientras duermen. Pero los vecinos se están impacientando y lo mismo le ocurre a Max, compañero de esgrima y su mejor amigo, quien le cierra la puerta.
Farah está condenado a muerte y espera su sentencia en la cárcel. Es poco más que un adolescente; ese día es examinado por un médico, recibe instrucciones del jefe de la prisión y es atendido por un imán. Una experimentada policía le pregunta qué quiere comer: “carne y una Coca Cola”. Será su última cena. Esta es la trama de “¿Mis padres vendrán a verme?”, la realización de 29 minutos coproducida entre Austria, Somalía y Alemania. Con dirección de Mo Harawe, actúan Xaliimo Cali Xasan, Shucayb Abdirahman Cabdi y Geenyada Madaw, cerrará la función en la Alianza Francesa (el lunes 28 habrá una segunda tanda con otros tres cortos).
Espacio Incaa y cineclubes: filmes de la Argentina, Italia y Francia
A las 18, en el Espacio Incca del teatro Orestes Caviglia (San Martín 251), se proyectará el filme de la argentina Celina Murga “El aroma del pasto recién cortado”, luego de un reciente paso por las salas comerciales. Pablo (interpretado por Joaquín Furriel) es un profesor universitario casado y con dos hijos, que comienza un romance secreto con una estudiante, sin imaginar las consecuencias. Al mismo tiempo, Natalia (a cargo de Marina de Tavira), también profesora universitaria, casada y con dos hijas, se lanza a un romance secreto con un estudiante. Dos historias que se intercalan y reflejan; una protagonizada por un hombre, la otra por una mujer en un guión premiado en el Festival de Tribeca, con un elenco completado por Verónica Gerez, Emanuel Parga, Alfonso Tort y Romina Peluffo. A las 20, la Sociedad Sirio Libanesa (Maipú 575) se abrirá para proyectar “El conformista”, dirigido por el italiano Bernardo Bertolucci, con acceso libre. La película de 1970 se basa en un libro de Alberto Moravia y es protagonizada por Jean-Louis Trintignant como un profesor de filosofía de tendencia fascista. En El Círculo de la Prensa (Mendoza 240) y también con entrada gratis, a las 20.30 comenzará el ciclo “Cine sacramental” de La Linterna Mágica con el filme francés “Diario de un cura rural”, de Robert Bresson a partir de la novela homónima de Georges Bernanos. Un joven sacerdote llega a una pequeña localidad; a pesar de que desarrolla sus labores con diligencia y humildad, es ignorado y rechazado por sus feligreses. Convencido de su fracaso como pastor de almas, sufre una profunda crisis de fe y enfrenta una grave enfermedad.