Pese a que es una molestia en cuanto a lo estético, tener callos en la piel presenta un importante beneficio para las personas, principalmente para aquellos que practican deportes. Estos son causados por presión o fricción en la piel y se forman en la parte de arriba del pie o en las manos.

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Lejos de presentar un riesgo para la salud -siempre y cuando no generen dolor- los callos son protectores de nuestra piel en diferentes sentidos. Su eliminación es posible con tratamiento y sus complicaciones son inusuales.

¿De qué nos proteje tener callos en la piel?

El callo es un mecanismo de defensa de la piel para evitar las ulceraciones y las heridas que provocan las presiones y los roces repetitivos y prolongados sobre algunas partes del cuerpo, le explica a BBC Mundo el doctor Eduardo Fonseca, especialista en dermatología.

Y, como explica Ricardo Ortega Sánchez en su libro "Medicina del ejercicio físico y del deporte para la atención a la salud", los callos no siempre son perjudiciales. "En algunos deportes como la gimnasia, la carrera, los bolos, el golf o el tenis, pueden ser ventajosos", escribió el experto.

Generalmente los callos surgen de forma progresiva. En términos médicos, son una hiperqueratosis: un engrosamiento de la capa externa de la piel que busca protegerse de un estímulo constante.

No todos los callos se deben eliminar

"El callo no se debe quitar. Sólo se tiene que eliminar cuando produce daño, cuando causa algún tipo de sintomatología como el dolor", indican el doctor Carlos de Teresa Galván.

"En ese caso, la hiperqueratosis que se produce, es decir, el aumento de la densidad en esa zona, ha alcanzado una magnitud que nos produce síntomas y hace que el movimiento deportivo (que involucra esa parte) no vaya a ser el adecuado".

Según el especialista, hay que estar sin embargo alertas a un callo que no corresponde a los puntos normales de apoyo del pie, que son la cabeza del primer y del quinto metatarsiano en la planta del pie y en el calcáneo.

De acuerdo con el doctor, si el callo no produce dolor o daño y lo quitamos, estamos desprotegiendo lo que, de una forma adaptativa, se ha producido en nuestra piel para defendernos de ese estímulo constante.

"Si la raqueta me ha producido callos en algunos puntos en los que normalmente hago más presión y quito esa hiperprotección, lo que puedo provocar es que en un momento determinado tenga una lesión", indica el especialista.

Pero si el callo está produciendo dolor e incomodidad, lo ideal es acudir a un especialista, dermatólogo o podólogo, para que revise la zona. Los especialistas sugieren que nunca intentes quitártelos vos mismo porque puede provocarse una infección y hasta una lesión.