A 50 kilómetros de San Miguel de Tucumán, “Pulga” Rodríguez disfruta de su Simoca natal y del cariño de su familia. A poco más de tres meses de su regreso a Atlético Tucumán, el delantero de 39 años admitió que se siente vigente; a pleno en el club de sus amores. “Estoy aquí cumpliendo mi sueño, que era retirarme en casa”, le admitió a LA GACETA durante un mano a mano en el predio “PR7”, propiedad de “Pulguita”, que ahora sueña con formar jugadores.
- ¿Estás contento?
- Sí, muy contento por estar de nuevo en casa. Feliz, disfrutando de cada partido que me toca disputar, de cada entrenamiento.
- ¿Sos consciente del cariño que recibiste en estos meses?
- Nunca lo terminás de asimilar. Vivimos cosas muy lindas con el club, pasamos de estar en el Argentino A a jugar competencias internacionales y eso no es fácil. A mí me tocó jugar casi el 90% de esos partidos.
-¿Por qué no se dio antes el regreso?
- Hubo diferentes cuestiones que se decían, pero yo siempre me mantuve al margen. Obviamente tenía las ganas y el sueño de retirarme con la camiseta de Atlético y hoy estamos en busca de ese sueño. Pienso en estar a la altura de mis compañeros y en entrenarme de la misma manera que ellos para estar a disposición del entrenador; siempre tirando para adelante, para que el equipo esté en el lugar que se merece.
- ¿Qué es lo mejor de tu regreso?
- Siempre busqué consagrarme en Atlético para que el día de mañana mis hijos puedan disfrutar de lo que hice. Ahora ya se dan cuenta de eso y disfrutan de ese cariño. Es lo que soñaba.
- ¿Y adentro de la cancha como te sentís?
- Cada vez que me toca jugar; ya sea un minuto, cinco o 10, sigo teniendo el mismo sueño, la mismas ganas y la misma dedicación que cuando tenía 15 años. Quiero entrar y hacer lo mejor, poder hacer un gol o dar una asistencia o para que Atlético pueda ganar.
- ¿Por qué no estás jugando tanto ahora?
- Uno quiere jugar siempre, pero veo que todos estamos bien y el técnico tiene que tomar decisiones. Acá juega el que mejor está. El grupo está muy compacto, en un nivel parejo. El otro día “Bebe” (Guillermo Acosta) quedó afuera por amonestación y “Nico” (Castro) entró muy bien.
- ¿Te preparás para el retiro?
- Voy día a día, evaluando cuánto nos cuesta entrenar. Hoy puedo hacer todo en el entrenamiento; no es el mismo ritmo de cuando tenía 20 años, pero eso es normal. Igualmente sigo teniendo las mismas ganas, la misma alegría... Sigo disfrutando de la misma manera. Cuando me cueste ir a entrenar, será momento de parar la pelota.
- ¿Y disfrutás el día a día?
- De cada momento, desde que llego al entrenamiento y tomo unos mates con los compañeros. Eso me deja tranquilo. Eso sí, no voy a esperar arrastrarme para decir que no puedo jugar más. Quiero dejar de jugar en forma y disfrutar del retiro, pudiendo ir a jugar un partidito con mis amigos.
- ¿Pensás que te fuiste tarde a buscar otros horizontes?
- No me arrepiento de mi carrera. Quizás debería haberme quedado en Newell’s, pero me llamó Atlético y no dude en venir. Quizás si me quedaba ahí hoy hablábamos de otra cosa. Pero no me arrepiento; volví a Atlético y viví cosas impensadas. Cumplimos el sueño de todos, pude jugar todos los campeonatos desde el Argentino A hasta la Copa Libertadores. Eso me llenó de alegría, de gloria. Después apareció Colón.
- ¿Cómo se dio tu salida?
- Fue un duro golpe para dirigentes e hinchas; ninguno esperaba eso. Estábamos peleando el torneo y cuando dije eso me preguntaron si estaba seguro porque Colón no estaba bien. Mi mujer me decía “¿amor, nos vamos a ir ahora con los chicos?”, pero me fui convencido de lo que podía hacer. En Colón me recibieron muy bien y pude entregar lo mismo que en Atlético. Se nos dio de ganar una final y cuando salí campeón me sentí realizado. Después jugamos Copa Libertadores y Sudamericana, todo eso lo conseguí por el poder de la decisión.
- ¿Te quieren más en Colón o Atlético?
- Y estuve casi toda mi vida aquí, pero los de Colón no se van a olvidar nunca de lo que logramos. No sé dónde me quieren más, yo quería terminar mi carrera aquí en Atlético. Vivo en mi casa, en el club en el que fui feliz y eso es impagable. Mi corazón te puedo decir que es 75% de Atlético y 25% de Colón. Tengo un hijo santafesino y allá tenemos un montón de amigos.
- ¿Qué fue lo mejor que te pasó en tu carera?
- Haber salido campeón es algo muy lindo que no se compra con nada. Son momentos únicos; esa gloria es impagable.
- ¿Y el peor?
- Descender con Atlético. Fue uno de los peores momentos al igual que perder la final de la Copa Argentina con River y la final de la Sudamericana con Colón.
- Estuviste en los dos ascensos de Atlético a Primera, ¿qué cambió y por qué no volvieron a bajar?
- Lo dijo Mario Leito, cuando pisamos Primera no sabíamos dónde estábamos. Recién nos dimos cuenta de ese privilegio cuando descendimos. Entonces nos preparamos para regresar y no bajar más. Cambió mucho la institución, el predio, el gimnasio, las canchas de entrenamiento... Ahora tenemos desayuno y almuerzo, tenemos cosas de un club de Primera. Nos dimos cuenta de que no era sólo contratar buenos jugadores porque si vos tenés caballos de carrera y le das de comer pasto común no va a funcionar.
- ¿Tenés diferencias con Leito?
- Por ahí dicen “el ‘Pulga’ está peleado con tal”, y yo no me peleé nunca con nadie. También decían que estaba peleado con Facundo (Sava) y tenemos una relación excelente. Con Mario nos encontramos muchas veces en eventos políticos y siempre tuvimos la mejor. Después está la diferencia en que cada uno cuida sus intereses, pero no quiere decir que estemos peleados. No tenemos que vivir de la mano y en fotos para decir que somos amigos. Tenemos una relación normal de presidente y jugador. Me encanta que sea así porque cuando necesitamos algo en el plantel puedo ir a pedirle. Buscamos siempre lo mejor para que Atlético esté en lo más alto del fútbol argentino y en copas internacionales.
- ¿Qué significa para vos Guillermo Acosta?
- Yo lo quiero mucho. Llegó de San Jorge en 2013 y éramos pocos tucumanos en el plantel. El cambio para él había sido grande y cuando Montiglio se fue comencé a concentrar con él. Yo le decía que tenía que aprender, que en ese momento era un chiquilín. Lo llevaba a escuchar charlas y siempre le decía que iba a ser capitán de Atlético. Hoy lo es y lleva el grupo muy bien; ahora pone los puntos cuando hay que ponerlos.
- ¿Qué pensás de Nicolás Romero?
- Esperemos que el pueda hacer su carrera, que pueda ser mejor y que el día de mañana lo veamos en Europa o donde él se proponga. Son pocos los zurdos de la característica del “Cata”, se tiene que convencer. Yo lo puteo mucho; me enojo, siempre en el buen sentido. Quiero que esté más fino, más rápido, él es muy chico, pero queremos que esté más ágil. Siempre juega siete u ocho puntos. En el fútbol argentino se enfrenta a los mejores de los equipos grandes y está a la altura. Estando más rápido va a poder competir con jugadores de talla mundial.
- ¿Y del fútbol argentino?
- Nos mantenemos al margen de los formatos, si son 30 equipos tenemos más margen de trabajo. Eso es relativo. La Copa de la Liga te da la posibilidad de que compitas de igual a igual con equipos grandes. Son 15 partidos y tenés la chance de ser campeón. En el torneo largo se nota más la diferencia de presupuestos; en 27 fechas hay muchas lesiones y termina afectando a los que tienen menor poderío económico.
- ¿Qué aprendiste el día de tu accidente?
- Se dijeron muchas cosas pero yo siempre estuve lúcido; con fracturas, pero nunca estuve grave. Ahora disfruto del día a día. Me di cuenta que si la muerte es así, no te enterás de nada; me desperté sin saber dónde estaba. No pasa nada para el otro lado, no hay nada.
- ¿Qué expectativas tenés para los próximos años?
- Ahora disfruto de esta posibilidad que me da el fútbol de jugar a la pelota y estar entrenando todos los días. Si tomo la decisión de trabajar en el club, va a ser para hacerlo 100%, para dejarle algo a los chicos.
- ¿Te gustaría tener tu propio club?
Me gustaría formar jugadores en Simoca y llevarlos a otros clubes. A Atlético, a San Martín, a Colón. Por ahí te vas muy lejos a buscar el sueño y lo tenemos aquí a 50 kilómetros. Créeme que si es muy bueno después se va a ir a Europa formado.
- ¿A tus hijos los llevás para el lado del fútbol?
- No, no; por el lado del estudio. El fútbol es muy duro. El no llegar cuesta muchísimo y repercute mucho en la vida. Los golpes son duros y el tiempo pasa muy rápido. Creo que estudiar es más fácil que jugar al fútbol. Yo terminé el secundario e hice el curso de técnico, y te aseguro que estudiar es más fácil que el fútbol. En el estudio te dan las cosas y tenés que leer. En el fútbol te dicen que le pegués al travesaño y querés pero no podes. Después todo se complica más cuando se mueven los muñecos y te gritan desde los costados.
- ¿Te insultaron mucho en las canchas?
- No, en la única cancha fue en la de San Martín, pero en otras no. En la calle los hinchas de San Martín me saludan porque yo siempre fui muy respetuoso con todos.
- ¿Tenés ganas de jugar un clásico?
- Nosotros estamos aquí, estamos esperando. Si pasa bienvenido sea y si no, bueno. Nosotros seguiremos jugando en Primera División.