“¡Se demoran un día para revisar las jugadas en el VAR!”, es la hipérbole que habrán sostenido cientos de hinchas de Atlético desde la implementación de la tecnología en el fútbol. Anoche, en el Monumental José Fierro, esa frase dejó de ser una exageración para convertirse en realidad.

Pablo Echavarría se tomó el tiempo necesario para que Sebastián Martínez Beligoy en el VAR analice tres posibles intervenciones en la misma jugada. Un penal para Atlético por infracción sobre Marcelo Estigarribia, un supuesto penal en perjuicio de Juan Ramírez por infracción de Nicolás Romero y un planchazo de Nicolás Castro a Tomás Pérez en la mitad de cancha. Todo en la misma jugada, en el último minuto. Luego de la revisión, Castro vio la amarilla.

El despropósito de la Liga Profesional estuvo en programar un partido a las 22 y eso derivó en que la revisión del VAR empiece el lunes 2 de diciembre y haya terminado el martes 3. Una locura. ¿Por qué nadie piensa en los hinchas? Ayer hubo 30.000 simpatizantes de Atlético en el José Fierro para ver un partido que no definía absolutamente nada. Sin embargo los hinchas estuvieron allí, firmes, aunque nadie piense en ellos.

El fútbol es un negocio que funciona gracias a los simpatizantes que, curiosamente, son permanentemente ninguneados por los dirigentes del fútbol. En fin, mientras haya tiempo en el calendario para jugar, ahí habrá uno, dos o tres partidos programados sin importar si llueve, hace 40 grados o se termina jugando de madrugada. El show debe continuar.

“Show” es apenas una manera de decir, porque anoche el adjetivo calificativo que le quedaría mejor sería “soporífero”. Atlético y Newell’s aburrieron a todos.

Los cánticos de los hinchas de Atlético Tucumán

Nos metamos en el partido: van 22 minutos del segundo tiempo. Las risas por la derrota de San Martín parecen haber quedado en el olvido. “Movete Decano movete, que esta hinchada está loca, hoy no podemos perder”, se escucha desde los cuatro costados del Monumental. Atlético y Newell’s, hasta ese momento protagonizan un partido típico en dos equipos que no juegan por nada en el final de la LPF. Pero el cántico trae una inmediata reacción.

Primero se lo pierde Mateo Bajamich (¿era offside de Estigarribia en el inicio de la jugada?  La asistente lo salvó del papelón), inmediatamente después Guillermo Acosta prueba desde lejos y casi la clava en el ángulo. Apenas dos minutos después Estigarribia se escapa por derecha y busca el centro atrás, pero no llega nadie. Atlético parece tener acorralado a la visita, pero Reinatti -arquero visitante- sigue sin tener atajadas y ya van 30 minutos del complemento.

¿Qué pasó en el medio? Poco y nada. Un tiro errado de Renzo Tesuri que nos va preparando para los “Especiales de Lavecchia” y no mucho más.

La “Lepra” vino a jugar su partido en Tucumán. Con Ever Banega como eje, pero con una transición muy lenta y que solo dependía de que el “10” frote la lámpara. Mariano Soso, técnico debutante, habrá sacado sus conclusiones. En la vereda del frente, Atlético no mostró la enjundia de otros partidos, el 0-0 lo dejó sin chances de clasificar a una copa internacional y eso se notó sobre todo en el segundo tiempo, que el equipo no pisó el acelerador a fondo y más allá de los reclamos en la jugada polémica que podría haber terminado en penal, no estuvo cerca de conseguir los tres puntos. “Es un resultado que nos duele muchísimo, tenemos que ir a dar batalla en la cancha de Independiente y tratar de ganar, este es el camino”, dijo Renzo Tesuri, uno de los mejores del partido de los dos días, en el que el 0-0 le calzó perfecto al juego.