¿Cómo mantener la motivación? La pregunta retórica se la habrán planteado cientos de técnicos que en algún momento se encontraron en la situación de Facundo Sava: afrontar un par de fechas para el cierre de un torneo, con un plantel de Atlético Tucumán que se quedó afuera de todo. Ojo, es algo muy común.

Siempre se dice en el fútbol que hay un ganador y todos los demás son perdedores, por lo que la situación se repite torneo a torneo en varios clubes.

Que al frente hay un club de los denominados grandes, que los contratos de algunos se vencen, que deben redondear un buen torneo, que la espina de jugar de visitante sigue clavada. Argumentos del estilo, Sava habrá presentado muchos. Lo cierto es que el equipo salió dormido y a los 17 minutos ya perdía 1-0 y jugaba con uno menos. El panorama no era para nada alentador.

A partir de ese momento, las imprecisiones se hicieron presente en el partido. Tomás Durso empezó a convertirse en figura y el equipo estaba para el cachetazo.

Que los jugadores se hayan ido al entretiempo con el 0-1 fue más por los errores del rival que por virtudes propias. El segundo tiempo el partido fue menos dinámico que en el primer periodo. Atlético empezó a hacer el trámite lento, suponiendo que en algún momento iba a poder dar el golpe. Y así fue.

Entre los 10 y los 20 minutos del complemento se vio lo mejor de Atlético. Con aplomo, el equipo de Sava, se adelantó en el campo de juego a a base de pelotazos y arrinconó por algunos minutos a un equipo de Julio Vaccari que estaba desconcertado.

A los 20 de ese periodo llegó el gol  de Mateo Bajamich, que enmudeció el estadio del “Rojo” y que parecía poner en jaque lo que minutos atrás parecía una victoria cantada.

Fueron algunos minutos de incertidumbres en el que Atlético no pudo abroquelarse para defender un empate con sabor a heroico por las condiciones que se habían presentado en el partidos.

La pelota parada, que tanto lo atormentó al equipo de Sava durante toda la temporada, esta vez volvió a ser protagonista. El “Rojo” aprovechó la buena pegada de Federico Mancuello (tiró un centro pasado para Santiago Hidalgo, que se desprendió de su marca y bajó el balón muy bien) y Felipe Loyola marcó el 2-1.

Que nadie haya tomado a Hidalgo fue causa a la marca zonal que propuso el DT en esa pelota parada. Imperdonable a esta altura para un equipo que había realizado un gran desgaste para mantenerse en partido durante toda la noche y que había logrado empatar. Pero esa distracción (de esa que tuvo varias en el año) lo dejó otra vez con las manos vacías jugando afuera de Tucumán.

Ahora tendrá que cerrar su año en el Monumental (que probablemente funcione como una especie de juzgado) en donde varios futbolistas serán evaluados por los hinchas.