Los rebeldes que tomaron el poder en Damasco nombraron un jefe de gobierno transitorio, Mohamad al Bashir, quien dirigía hasta ahora el gobierno del bastión rebelde de Idlib, en el noroeste de Siria. “El mando general nos ha confiado la tarea de dirigir el gobierno transitorio hasta el 1 de marzo”, indicó un comunicado de Mohmad al Bashir, difundido en la televisión, que lo presentó como el nuevo primer ministro del país. “Ahora es el momento de que este pueblo disfrute de estabilidad y calma”, dijo Mohamad al Bashir a la cadena catarí en su primera entrevista después de asumir el cargo.

Después de años en los que el conflicto sirio estuvo congelado, los rebeldes dirigidos por el grupo Hayat Tahrir al Sham (HTS) lanzaron la última semana de noviembre y desde el noroeste del país una ofensiva fulgurante con la que lograron derrocar al presidente Bashar al Asad, quien huyó del país.

El líder de HTS, Abu Mohamed al Jolani, habló el lunes con el ex primer ministro Mohamed al Jalali para “coordinar la transición de poder”, después de que el Parlamento y el partido Baas, que estaba al poder con Bashar al Asad y su padre Hafez, manifestaran su apoyo a dicha transición. El enviado de la ONU para Siria, Geir Pedersen, dijo el martes que el grupo había “enviado un mensaje positivo” a la población, aunque pidió transformar las palabras en hechos.

Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), 54 soldados sirios que estaban huyendo de la ofensiva rebelde en Siria fueron ejecutados por el grupo yihadista Estado Islámico (EI) en la zona desértica del centro del país.

El derrocamiento de Assad provocó celebraciones en todo el país y en la diáspora de todo el mundo. La guerra civil dejó 500.000 personas muertas y obligó a la mitad de la población del país a huir de sus hogares, de los cuales millones encontraron refugio en el extranjero.

Desaparecidos 

El país se enfrenta ahora a una profunda incertidumbre tras el colapso de un gobierno que marcó con mano dura la sociedad siria por más de medio siglo. Jolani, que ahora usa su nombre real Ahmed al Sharaa, prometió: “No dudaremos en hacer rendir cuentas a los criminales, asesinos, oficiales de seguridad y del ejército involucrados en la tortura del pueblo sirio”, dijo tras una reunión el lunes con el primer ministro saliente, Mohammed al-Jalali”, según un comunicado en Telegram.

La caída de Al Asad ha provocado una búsqueda frenética por parte de las familias de las decenas de miles de personas recluidas en las cárceles y centros de detención de sus servicios de seguridad. En su avanzada hacia Damasco el fin de semana, los rebeldes liberaron a miles de presos, pero todavía hay muchos que siguen desaparecidos.

Operaciones israelíes

La ONU hizo un llamado a Israel a poner fin a una serie de incursiones militares en Siria y a movimientos de tropas que se produjeron después de la caída de Al Asad.

El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, dijo el martes que ordenó al ejército establecer “una zona desmilitarizada en el sur de Siria, libre de armas y de amenazas terroristas, y sin presencia israelí permanente”, dijo durante una visita a una base naval en la ciudad de Haifa

El ejército israelí destruyó las principales instalaciones militares de Siria con más de 300 ataques aéreos desde la caída el domingo del gobierno de Bashar al Asad, informó el martes el OSDH.

Un centro de investigación científica en Damasco dependiente del Ministerio de Defensa quedó completamente destruido, señaló un periodista de la AFP. Según Estados Unidos, esa instalación estaba vinculada al programa de armas químicas de Siria.

Israel también lleva a cabo una incursión en la zona de distensión alrededor de los Altos del Golán, un territorio sirio ocupado y anexionado desde 1967.

“Pesadilla”

Según los expertos, el gobierno de Al Asad no pudo sostenerse sin el apoyo de sus aliados, con Rusia centrada en Ucrania e Irán y Hezbollah desgastados por sus enfrentamientos con Israel.

El OSDH estimó que al menos 910 personas, entre ellas 138 civiles, murieron desde el inicio de la ofensiva de los rebeldes el 27 de noviembre.

“Nunca pensamos que esta pesadilla fuera a terminar”, dijo Rim Ramadan, de 49 años el lunes, cuando numerosas de personas se congregaron a celebrar la caída del Gobierno en la Plaza de los Omeyas, en el centro de Damasco.

Con la caída de Al Asad, Austria, Alemania, Bélgica, Suecia, Dinamarca, Noruega, Suiza, Reino Unido, Países Bajos e Italia decidieron suspender las tramitaciones de asilo de los ciudadanos sirios. (AFP)