“Mis hijos se mandaron una macana”. La frase que salió de la boca del padre de tres sospechosos adelantó el peor de los finales. El hombre dio algunos detalles más, pero fue la cuñada de los señalados que más aportes realizó para que el crimen de una joven de 22 años quedara prácticamente esclarecido. Este fue el segundo femicidio registrado en menos de una semana en estas tierras. Esta fue una semana trágica a nivel nacional en la que se produjo un crimen por violencia de género por día. 

Paula Alejandra Ottaviano (20) vivía en el barrio Oeste II junto a su madre Silvia Susana Molina. El jueves le dijo que iría a visitar a un amigo. No volvió nunca más. La mujer, preocupada comenzó a buscarla a partir del sábado, cuando no le contestaba las llamadas ni los mensajes que le enviaba a su celular.

Lo primero que averiguó es que había ido a visitar a Jesús Villagra que se dedica a cuidar autos en la zona de Catamarca y San Juan y con el que habría mantenido una relación. Según consta en el expediente, el lunes fue a buscarlo, pero se encontró con el hermano, Miguel Villagra, que le dijo que no sabía nada de ella. No se fue con las manos vacías. El joven le indicó dónde podría encontrar a la pareja de su hija.

Molina se trasladó hasta Yatmandú al 800, en el barrio Costanera Norte donde habló con el supuesto novio de Paula. Según confiaron fuentes judiciales, el sospechado le comentó que habían estado juntos hasta el sábado a la mañana en los bares que están ubicados al frente de la Terminal de Ómnibus y que luego habría decidido tomarse un ómnibus para encontrarse con otro hombre, con el que también habría tenido una relación.

“La verdad es que es muy difícil identificar a las personas que vienen por aquí. Los que andan deambulando son personas que viven en situación de calle o que tienen problemas de adicción. Pero no recuerdo esa cara”, explicó Carla Ramírez, empleada de uno de esos bares.

La madre de la víctima, al no tener resultados en la búsqueda, resolvió hacer la denuncia en la seccional 11ª el lunes. Horas después, una llamada realizada al servicio 911 terminaría siendo clave para esclarecer el caso.

Más información

“Yo sé lo que pasó con esa chica. La mató mi cuñado y están involucrados dos hermanos”, explicó una tal Vanesa que fue la que aportó el dato clave. Al quedar registrado el número del teléfono que llamó al servicio de emergencia, una experimentada investigadora de Homicidios la llamó y mantuvo una charla con ella que quedó documentada.

Según confiaron fuentes judiciales, explicó que su cuñado estaría involucrado en el femicidio y que sus dos hermanos podrían haberlo ayudado. Eso fue suficiente para que personal de la ex Brigada, al mando de los comisarios Susana Monteros, Juana Estequiño, Ángel Álvarez y Miguel Carabajal se presentaron en el domicilio de los mencionados.

Allí, el padre no sólo los entregó, sino que además les avisó que el cuerpo de la joven había sido arrojado en un descampado que está a la vera de la ruta Alternativa que conduce a Alderetes, a la par de un muro de un depósito.

El fiscal Carlos Sale ordenó la aprehensión de Jesús y Miguel Villalba, mientras que pidió la detención de un tercer hermano. Aunque aún falta que se realice una pericia de ADN para confirmar que se trata del cuerpo de Paula, un anillo y los restos de ropa encontrados en el lugar coincidieron con los que tenía puestos la última vez que fue vista con vida.

“¿Qué le puedo decir de esa gente? Tiene problemas porque a veces, especialmente cuando toman o se drogan se transforman. Son otras personas. Eso es muy común en el barrio”, explicó María Laura Heredia.

Dudas

El caso aún no está esclarecido totalmente. Los investigadores trataban al cierre de esta edición de establecer dónde había asesinada Paula. Una versión indica que podría haber sido en algún lugar de la Costanera Norte. Sin embargo, no está claro cómo hicieron para trasladar el cuerpo hasta donde fue finalmente hallado.

La otra teoría, que tiene que ver con los datos aportados por los parientes del acusado, es que Jesús y la víctima estuvieron de visita en la casa de otro hermano del sospechoso en La Florida. Cuando regresaban a bordo de una motocicleta, él decidió pararse para orinar. Por razones que no están claras, la víctima lo agredió en medio de una discusión y este reaccionó ahorcándola. Luego habría pedido ayuda a sus hermanos para ocultar el femicidio. Habrían acordado quemar su cuerpo y luego arrojarlo en medio de los matorrales. Los resultados preliminares de la autopsia señalaron que la causa de la muerte habría sido estrangulamiento. Pero el plan falló porque sus familiares los delataron.