La tarde en el complejo Natalio Mirkin no da tregua. El sol de Tucumán pega fuerte, y en el aire se percibe el esfuerzo acumulado de los futbolistas de San Martín de Tucumán, que, entre ejercicios y sudor, dan forma a su preparación para la temporada. Tras una exigente jornada de doble turno, los jugadores caminan hacia el área destinada a la recuperación.
Allí, con una sonrisa que parece desafiar al calor y un ojo atento a cada detalle, Julián Jerez Amduni organiza suplementos, evalúa necesidades y responde preguntas. Su trabajo es silencioso, pero imprescindible: es el nutricionista que ayuda a los jugadores a estar listos para cada desafío.
“El 2024 fue un año muy intenso para el plantel”, comenta Amduni, mientras observa a un grupo de jugadores que se acerca para buscar hidratación. “Después del partido contra Gimnasia de Mendoza, los jugadores tuvieron un breve descanso, pero ya sabíamos que la pretemporada sería crucial. Al regresar, evaluamos su estado físico con pruebasantropométricas y de composición corporal. Todo lo que hacemos está orientado a optimizar su rendimiento”, agrega.
La pretemporada no solo es un período de exigencia física, sino también un momento de ajustes estratégicos en la alimentación. “La nutrición ocupa un rol central en esta etapa”, asegura Jerez Amduni. “El desgaste es alto, y es clave garantizar que los jugadores tengan la energía necesaria para rendir y recuperarse. En el club ofrecemos desayuno, almuerzo, merienda y colaciones. Así controlamos más del 75% de su alimentación diaria”, explica.
El sistema alimenticio del plantel “santo” está diseñado como en un hotel de concentración. Una tarea que se inició en 2024 con el cuerpo técnico de Diego Flores. En aquella ocasión,
tanto desayunos como almuerzos se realizaban en el comedor del predio. Una rutina que se seguirá al pie de la letra durante la preparación del plantel. “No solo aseguramos que los jugadores consuman lo necesario, sino que también reducimos el margen de error en su dieta. Aquí desayunan, almuerzan, meriendan y, si el entrenamiento es más largo, también tienen colaciones para el post-entreno”, explica Amduni.
El nutricionista también brinda detalles de los alimentos que se les brindan a los futbolistas. “Los días de doble turno, reforzamos la carga de carbohidratos y proteínas en el almuerzo”, explica Amduni. “Los desayunos y meriendas son tipo buffet”, agrega. “Incluyen opciones como huevos revueltos, tostadas integrales, yogures, frutas frescas, frutos secos y granola. Así nos aseguramos de cubrir todas las necesidades”, agrega.
El almuerzo, en cambio, varía según la carga del día. “Servimos platos como pollo a la plancha, carnes magras, arroz integral, puré de batata y ensaladas variadas. En días de menor intensidad, ajustamos las calorías, pero siempre priorizando alimentos de calidad”, agrega. Además de la alimentación, la suplementación juega un papel fundamental, especialmente en el contexto de las altas temperaturas que se sufren en nuestra provincia. “Usamos whey protein, creatina y sales de rehidratación. Cada suplemento se administra según las necesidades individuales de los jugadores. También trabajamos mucho en la hidratación, con agua mineral, bebidas deportivas y alimentos que ayudan a reponer líquidos”, especificó el especialista.
Desafíos bajo el sol
Las altas temperaturas no solo complican los entrenamientos, sino que representan un desafío constante para el equipo. Así lo explica el nutricionista del plantel. “Es un tema complicado,
pero lo tomamos como una preparación. Jugar en Tucumán nos exige estar listos para enfrentar condiciones similares durante el campeonato”, señaló.
El calor extremo también puede llevar a golpes de calor, un riesgo que Amduni y el cuerpo técnico monitorean de cerca. “En esos casos, además de hidratarlos constantemente, ajustamos las cargas de trabajo y las comidas. Por ejemplo, usamos frutas como melón y sandía, que hidratan naturalmente, y evitamos alimentos que generen más calor en el cuerpo”, asegura.
Tras un 2024 marcado por el esfuerzo y el aprendizaje, Amduni mira el futuro con optimismo. “El año pasado fue muy duro, especialmente tras las eliminaciones. Pero esas experiencias nos fortalecen. Aprendemos a pasar la página y a enfocarnos en lo que viene. Ahora queremos encarar el 2025 con más ganas y con objetivos claros”, anticipa.
Con la confirmación de Ariel Martos como técnico oficial, el equipo trabaja para consolidar su preparación e iniciar la Primera Nacional de la mejor manera. “Es una ventaja contar con alguien que conoce bien al grupo. Eso reduce los tiempos de adaptación y nos permite enfocarnos en lo que realmente importa: construir un equipo sólido”. En el complejo Natalio Mirkin, la jornada se acerca a su fin. Mientras los jugadores terminan sus rutinas y recargan energías, Amduni permanece alerta, asegurándose de que no falte nada. Su labor, como él mismo dice, no siempre está en el foco de las cámaras, pero su impacto es innegable. Al final del día, cada detalle cuenta, y en San Martín lo saben mejor que nadie.
Entre el hockey y el fútbol
El trabajo de Amduni no se limita a San Martín. Su experiencia también lo conecta con el preseleccionado argentino de hockey, que se entrena en el CENARD. Allí, Amduni, que se desempeña como preparador físico, siempre que puede aplica los mismos principios de nutrición y rendimiento. “En ambos deportes hay particularidades, pero el objetivo es el mismo: garantizar que los atletas lleguen en su mejor versión a la competencia”, comenta.
Tras un 2024 marcado por el esfuerzo y el aprendizaje, Amduni mira el futuro con optimismo. “El año pasado fue muy duro, especialmente tras las eliminaciones. Pero esas experiencias nos fortalecen. Aprendemos a pasar la página y a enfocarnos en lo que viene. Ahora queremos encarar el 2025 con más ganas y con objetivos claros”, anticipa.
Con la confirmación de Ariel Martos como técnico oficial, el equipo trabaja para consolidar su preparación e iniciar la Primera Nacional de la mejor manera. “Es una ventaja contar con alguien que conoce bien al grupo. Eso reduce los tiempos de adaptación y nos permite enfocarnos en lo que realmente importa: construir un equipo sólido”. En el complejo Natalio Mirkin, la jornada se acerca a su fin. Mientras los jugadores terminan sus rutinas y recargan energías, Amduni permanece alerta, asegurándose de que no falte nada. Su labor, como él
mismo dice, no siempre está en el foco de las cámaras, pero su impacto es innegable. Al final del día, cada detalle cuenta, y en San Martín lo saben mejor que nadie.