“Esto era un final cantado. Cuando decidieron impedir las fiestas en carpas en Tafí del Valle, le dije a mí mujer que se vendrían a El Mollar. Pero jamás pensé que llegarían a Casas Viejas, un lugar que está alejado de la villa”, sostuvo Horacio Martínez, un veraneante que vivió el sábado la noche más violenta del verano. Se produjo la suspensión de una fiesta clandestina en la que había centenares de jóvenes y hubo un incidente registrado en otro de los boliches que se instaló en la zona.

Por la realización del Seven de Tafí del Valle, miles de jóvenes decidieron asistir al encuentro deportivo para disfrutar de lo ocurriría después de la competencia. En ese marco, un joven decidió organizar una fiesta en el club San José del barrio Ojo de Agua, también en El Mollar. Los vecinos comenzaron a llamar a la Policía para informar que chicos se estaban congregando en ese lugar. “Era impresionante la cantidad de chicos que transitaban por la zona a los gritos. Autos con música a todo volumen con jóvenes haciendo la previa y autos y motos circulando a toda velocidad. Todo eso tuvimos que aguantar los vecinos que elegimos este lugar para estar más tranquilos”, comentó María Fernanda Castellanos.

Por orden del jefe de la Unidad Regional Oeste Marcos Goane se envió a un grupo de efectivos para constatar lo que estaba sucediendo allí. Al comprobar que se trataba de una fiesta clandestina, se montó un operativo especial en el que se movilizaron unos 70 efectivos que fueron acompañados por inspectores del Instituto Provincial de Lucha contra el Alcoholismo (IPLA).

“Al constatar que no estaban autorizados por este organismo y que se vendía bebidas alcohólicas, se decidió ordenar la suspensión de la fiesta. Pese a que había centenares de jóvenes, no hubo ningún incidente. Pero fue necesario montar un operativo especial para evitar que se registraran problemas”, explicó Goane.

Los asistentes, según pudo establecer LA GACETA, pagaron una importante suma de dinero para participar del encuentro en el que estaba anunciada la actuación de varios artistas. “No hubo ninguna denuncia formal contra los organizadores. Es como que los jóvenes saben que ese es el riesgo de participar de una fiesta de estas características. No les importa pagar una importante suma de dinero para nada. Legalmente no podemos actuar en contra del organizador que sí deberá pagar multas”, comentó el comisario Goane.

Grave incidente

A pocos kilómetros de ese lugar, en el boliche Recorcholis que ahora funciona en Casas Viejas, un joven de 20 años fue aprehendido por agredir a dos agentes del IPLA y a un encargado de seguridad del centro nocturno.

Según consta en el expediente que se le inició en su contra, el acusado pasó con su auto por encima del pie de uno de los inspectores. El compañero del inspector que quiso detenerlo fue agredido a golpes de puño. En ese momento fue aprehendido por los policías que realizaban tareas de prevención en el lugar. A los pocos minutos, los responsables del boliche lo denunciaron que ese joven le había aplicado un botellazo en la cabeza a uno de los empleados de seguridad.

EN TRENCITO. Móviles de la Policía recorrieron Tafí del Valle.

“Lo primero que me gustaría saber es saber si los dueños de esos boliches fueron autorizados a realizar fiestas en este lugar. Supuestamente esta es una zona protegida y abrieron un lugar que convoca miles de personas”, se preguntó Carlos Jiménez, otro veraneante indignado por la “mudanza” de boliches. “Otra pregunta para las autoridades de la comuna de El Mollar que, seguramente, no tendrá respuesta”, añadió. LA GACETA intentó comunicarse con el comisionado Jorge Cruz, pero no respondió las llamadas ni los mensajes.

El comisario Goane informó que el sábado se demoró a 17 personas, de las cuales seis quedaron aprehendidas porque deberán afrontar causas penales. Durante el operativo, secuestraron 11 motocicletas y tres vehículos, entre ellas una camioneta RAM cuyo conductor no superó el control de alcoholemia.