El recambio de febrero ya se siente en la Terminal de Ómnibus de San Miguel de Tucumán, donde numerosos pasajeros inician sus vacaciones mientras otros regresan de su descanso. A pesar de que aún no hay cifras oficiales sobre el movimiento turístico en la provincia, desde el Ente Tucumán Turismo indicaron que los fines de semana la ocupación superó el 70%, lo que consideran un dato positivo.
Uno de los destinos más elegidos por los tucumanos es Brasil. Un grupo de viajeros se dirigía hacia Camboriú y Florianópolis para disfrutar de las playas del país vecino. "Es un lindo lugar y está cerca, así que elegimos Brasil para disfrutar y pasar las vacaciones", comentó Alejandra, una de las turistas que viajaba con su esposo y amigos.
Consultada sobre la duración del viaje, detalló que realizarán una parada intermedia para descansar antes de llegar a destino. "Hacemos una noche en Foz de Iguazú y continuamos al día siguiente", explicó.
Desde una agencia de viajes confirmaron que la demanda para estos destinos ha sido alta. "Este viaje hace dos meses que no tiene lugar. La gente se anotó con mucha anticipación", señaló Noelia, una de las responsables de la agencia. Los paquetes incluyen traslado ida y vuelta, siete noches en Canasvieiras y dos noches en Cataratas, con opciones de alojamiento en departamentos o en hoteles frente al mar. "La opción más económica ronda los $600.000, mientras que los hoteles tienen un costo algo mayor", detalló.
El costo del pasaje en avión a Florianópolis supera ampliamente al del paquete en colectivo. Un pasaje aéreo cuesta entre $800.000 y $1.000.000, lo que es más caro que el paquete completo en bus.
Pero no todos los viajeros tienen como destino el exterior. También hay quienes prefieren vacacionar dentro de la provincia. Marina, una joven tucumana, decidió viajar a San Pedro de Colalao. "Me voy a encontrar con amigas. Recién salí de vacaciones y voy a aprovechar", comentó. Su pasaje le costó $7.150 y planea quedarse unos tres días.
Otros, en cambio, vienen a Tucumán en busca de descanso. Graciela y José, provenientes de Resistencia, Chaco, esperan su colectivo hacia Trancas. "Siempre venimos porque nos encanta la tranquilidad y la seguridad del lugar", explicó José, quien tiene familiares en la zona. También destacaron que la inseguridad en su provincia los impulsa a buscar refugio en lugares más tranquilos. "En Resistencia hay mucha violencia y robos, no se puede andar tranquilo", lamentó.