Pasaron 12 días desde que Josué Salvatierra (14) y Paloma Gallardo (16) fueron brutalmente asesinados en un descampado de Bosques Norte, en Florencio Varela. La Policía Federal empezó a investigar después de varias idas y vueltas por la participación de la Bonaerense en la causa. Ahora, y mientras sigue sin haber una hipótesis clara de lo que pasó, el Hernán Bustos Rivas se excusó y deberán designar un nuevo fiscal.

El fiscal Rivas confirmó que el juez de Garantías de Quilmes, Adrián Villagra, aceptó su pedido para ser excusado de la investigación por "enemistad" con el abogado Carlos Dieguez, a cargo de la querella de la familia Salvatierra.

El fiscal Hernán Bustos Rivas, titular de la fiscalía N° 5 de Varela, había pedido ser excusado por presuntas amenazas.

Las idas y vueltas llevan días en el expediente y esta semana también habrían apartado a la Policía Bonaerense de la investigación a pedido del mismo Diéguez y por orden del fiscal Bustos Rivas, sin embargo eso duró algunas horas y la DDI de la provincia volvió a intervenir.

Para Diéguez, además, la hipótesis investigada por Bustos Rivas era errónea y ese fue el origen del conflicto entre ambos.

Bustos Rivas consideraba que se trató de un homicidio en ocasión de robo y que la pareja de adolescentes fue asesinada para ocultar ese hecho. Según esta versión, los habrían matado para encubrir el robo de dos celulares y 7 mil pesos.

Para la familia Salvatierra el móvil del crimen podría estar vinculado a la venta de drogas en la zona.

En cambio, lejos de la hipótesis del intento de abuso sexual que planteó el padre de Paloma, para Diéguez los chicos pudieron "haber visto algo que no tenían que ver".

Lo cierto es que el crimen fue calificado como brutal y los investigadores descartan que lo haya podido concretar una sola persona. Por el contrario creen que pudo haber necesitado la participación de dos o más personas.

El resultado preliminar de las autopsias determinó que Paloma murió por una "lesión cerebral con fractura de cráneo" y “traumatismo encefalocraneal grave”. Josué también tenía una fractura en el cráneo y traumatismo encefalocraneal grave que derivó en una hemorragia cerebral.

Desde el hallazgo de los cuerpos, hay móviles del GAD y de la Municipalidad custodiando dos de las entradas al predio. También confirmaron que los teléfonos de los jóvenes, robados de la escena, no volvieron a encenderse desde el crimen.

Se presume que, para matarlos, usaron un cascote tipo cordón de hormigón, algo difícil de ejecutar sin que alguien más los sostuviera.

Ahora, el juzgado debe notificar formalmente a la Fiscalía General de Quilmes para que designen un nuevo fiscal, algo que –según anticiparon a Clarín– debería ocurrir en el transcurso de la semana.