El sábado pasado, una granada que se estima fue lanzada hace unos 25 años, detonó en una zona rural de Camboya, provocando la muerte de un niño y una niña en una remota aldea del país asiático.
Al menos tres personas muertas y 79 heridas por el colapso del techo de un centro comercialSegún indicaron las autoridades, el accidente ocurrió el sábado en el distrito Svay Lei, en la provincia de Siemp Reap, en el noroeste de Camboya. Las víctimas fueron dos primos, Muo Lisa y Thum Yen que vivían en casas vecinas en la lejana aldea de Kranhuog.
Dos niños murieron por la detonación de una bomba
Los padres de los niños se encontraban trabajando en la granja de su aldea cuando los pequeños aparentemente se encontraron con la munición sin detonar y esta explotó, según consignaron en el medio inglés The Guardian. Siemp Reap fue lugar de múltiples combates, por lo que las probablidades de encontrar municiones en la aldea son bastante más altas.
“Sus padres se fueron a establecer en un terreno que antes era un campo de batalla y no sabían que había minas terrestres o municiones sin explotar enterradas cerca de sus casas”, dijo a The Guardian Heng Ratana, director general del Centro de Acción contra las Minas de Camboya, que determinó que se trataba de una granada propulsada por cohete después de analizar los fragmentos. “Es una pena porque eran demasiado jóvenes y no deberían haber muerto así”.
El peligro de las municiones remanentes
Las municiones viejas sin explotar son especialmente peligrosas porque su contenido explosivo se vuelve volátil a medida que se deteriora, indican desde el medio inglés.
Los enfrentamientos se produjeron en los años 80 y 90 entre soldados del gobierno camboyano y guerrilleros rebeldes de los Jemeres Rojos, un grupo comunista que había sido derrocado del poder en 1979. Se estima que había entre 4 y 6 millones de minas terrestres y otras municiones sin explotar esparcidas en el campo de Camboya durante las décadas de conflicto que comenzaron en 1970 y terminaron en 1998.
Desde que terminaron los combates en Camboya, casi 20.000 personas han muerto y unas 45.000 han resultado heridas por restos de explosivos de guerra. El número de víctimas disminuyó con el tiempo; el año pasado hubo 49 muertos.