“Hace casi 15 años que recorro este cerro en bicicleta y es la primera vez que veo un desprendimiento de esta magnitud”, indicó Ricardo Palma, uno de los bikers que ayer llegó hasta el tramo del kilómetro siete de la ruta 338, pero decidió no seguir más arriba.
Él disfruta de este camino por lo general, aunque reconoció que nota que hay una falta de mantenimiento que podría provocar accidentes si no se los toma en cuenta.
“Las líneas blancas que deben delimitar el camino, en muchos tramos no se ven. Ya no están bien marcadas”, observó.
A unos metros del desprendimiento de tierra, Palma también remarcó que sería bueno que se hiciera un guardarrail, ya que en muchas zonas es fácil caer al precipicio ante una mala maniobra. “No hay que esperar a que suceda una gran tragedia para actuar”, dijo Palma.
Camino a San Javier: cortes, derrumbes y advertencias en la ruta 338Ana Lucía Giménez, es otra biker que transitaba por la zona y descansó unos minutos, pero decidió continuar los 10 kilómetros que le faltaban para alcanzar su objetivo diario.
“Consulté con los banderilleros, que me explicaron que más arribas no hay otras zonas complicadas así que decidí seguir”, aseveró.
Y agregó: “Me impresionó y me provocó un poco de temor este derrumbe. Es verdad que en todo el cerro siempre hay ciertos desplazamientos, pero son muy pequeños por lo que entiendo a quienes deciden regresar”.
La ciclista consideró que el estado general de la ruta 338 es buena, aunque coincidió con su Palma en que es necesario mejorar algunas indicaciones. “Incluso los carteles que se observan al costado del camino están desgastados por el paso del tiempo”, cerró Giménez.