En marzo, la Canasta Básica Alimentaria (CBA) en el interior del país registró un aumento del 4,9%, impulsado principalmente por la suba de los precios de la carne. Este incremento revierte la tendencia de desaceleración y evidencia un nuevo impulso inflacionario, según un relevamiento de la Fundación COLSECOR en 29 localidades de seis provincias. En términos interanuales, la suba fue del 42,9%, mientras que el acumulado del primer trimestre alcanzó el 9,2%.
El aumento de los alimentos estuvo encabezado por los cortes de carne vacuna, con un alza del 9,5% solo en marzo y un acumulado del 27,5% en el año. Otros productos también se encarecieron, como el pollo, el pan, el queso, el café y las gaseosas. En este contexto, un adulto necesitó en marzo $146.624 para cubrir sus necesidades básicas, mientras que una familia tipo (dos adultos y dos niños) requirió $453.067. Para una familia de cinco miembros, el monto ascendió a $476.527.
El informe también destacó la pérdida del poder adquisitivo del Salario Mínimo Vital y Móvil, que fue de $296.832 en marzo. Con ese ingreso, una familia tipo solo pudo costear alimentos básicos durante 20 días, sin cubrir el mes completo. Esta situación evidencia el desfasaje entre ingresos y precios, especialmente en las regiones más alejadas de los grandes centros urbanos.
En paralelo, el mercado cambiario mostró señales de tensión, con un dólar blue que subió 5,77% y un oficial que apenas varió 0,86%, alimentando sospechas de atraso cambiario. Mientras tanto, el ministro de Economía, Luis Caputo, insistió en que no habrá una devaluación brusca y que se busca una "moneda sana" con un proceso de desinflación. Sin embargo, los datos de la CBA y la suba del dólar reflejan que, pese a una macroeconomía ordenada, esa estabilidad aún no se traduce en alivio para los bolsillos.