Durante muchos años, el consumo de huevos estuvo envuelto en polémica dentro del ámbito médico y nutricional, debido principalmente a su contenido en colesterol. Esta preocupación llevó a limitar su ingesta por temor a un aumento en el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, nuevas investigaciones científicas han modificado esta perspectiva.

Según un informe publicado por Sportlife, y avalado por la Asociación Americana del Corazón (AHA), se ha establecido que el consumo moderado de huevos no representa un riesgo significativo para personas sanas. De hecho, se reconocen sus múltiples beneficios nutricionales, siempre que se los consuma con moderación y de forma adecuada.

¿Qué se entiende por consumo moderado?

Uno de los aspectos centrales de esta nueva mirada es redefinir qué significa “consumo moderado”. Para la AHA, consumir hasta un huevo por día es seguro, lo que representa siete huevos por semana para la mayoría de la población.

En el caso de personas que realizan actividad física de manera regular, este número puede extenderse: hasta 12 huevos semanales se consideran seguros gracias al mayor gasto energético y las necesidades proteicas incrementadas por el ejercicio.

No obstante, quienes viven con diabetes tipo 2 o tienen un alto riesgo cardiovascular deben ser más cautelosos. En estos casos, se recomienda un consumo de entre 3 y 4 huevos por semana, ya que el colesterol puede impactar de forma diferente en su salud cardíaca.

Huevos: una fuente de nutrientes clave

Los huevos no solo son accesibles y versátiles en la cocina, sino que también son una excelente fuente de proteínas de alta calidad, esenciales para el desarrollo muscular y la reparación de tejidos. Además, aportan vitaminas fundamentales como la A, D, B12 y riboflavina, que cumplen funciones importantes en el sistema inmunológico, la salud ósea y el metabolismo.

También contienen minerales como fósforo y selenio, claves para la producción de energía y el funcionamiento del sistema nervioso. En el caso de los huevos provenientes de gallinas alimentadas con pasto, aportan además ácidos grasos omega-3, conocidos por sus propiedades antiinflamatorias y su beneficio para la salud cardiovascular.

Cómo prepararlos para conservar sus beneficios

Más allá de la cantidad, la forma en la que se cocinan los huevos también influye en su impacto en la salud. Las preparaciones fritas, especialmente en manteca o aceite, aumentan el contenido de grasas no saludables y reducen su valor nutricional.

En cambio, métodos como hervirlos o escalfarlos preservan los nutrientes del huevo sin añadir grasas innecesarias, convirtiéndolos en una opción más saludable para incluir en la dieta diaria.

Un alimento completo, accesible y saludable

El debate sobre el huevo ha evolucionado y hoy la ciencia nutricional lo respalda como un alimento seguro y valioso, siempre que se lo consuma con responsabilidad y teniendo en cuenta las condiciones individuales de salud. En una provincia como Tucumán, donde los huevos forman parte habitual de muchas comidas, incorporarlos en una dieta equilibrada puede ser una forma sencilla y económica de mejorar la calidad nutricional de lo que comemos todos los días.

Como siempre, ante cualquier duda o condición de salud preexistente, es recomendable consultar con un profesional de la nutrición o con el médico de cabecera para recibir una orientación personalizada.