Las enfermedades del sistema circulatorio se encuentran entre las principales causas de muerte en Argentina. Ante este panorama se vuelve indispensable acudir a controles cardiológicos para evitar complicaciones de salud. Un estudio realizado en Francia determinó con qué periodicidad se debe hacer una consulta para reducir considerablemente el riesgo de padecer insuficiencias.

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La investigación fue realizada por especialistas del Hospital Universitario de Nancy en Francia y determinó que solo tres de cada cinco pacientes con insuficiencia cardíaca al menos una vez al año. Esa es la frecuencia con que se debe asistir para disminuir en un 24% la mortalidad.

Si los cardiólogos vieran a los pacientes una vez al año, se podría salvar una vida por cada un promedio de 13 o 14 pacientes, según dejó entrever la investigación. “En pacientes con insuficiencia cardíaca, el corazón no puede normalizar el flujo sanguíneo ni la presión. La insuficiencia cardíaca no suele curarse, pero con el tratamiento adecuado, los síntomas suelen concentrarse durante muchos años”, explicó Guillaume Baudry, el investigador director del estudio.

Qué controles cardiológicos hacer y cada cuánto

La Fundación Favaloro postuló una periodicidad para hacerse estudios según la edad:

Entre los 20 y 30 años para personas sin antecedentes, hacerse un análisis de laboratorio cada tres años, un electrocardiograma cada cinco y medición de presión arterial cada dos años

Entre los 40 y los 50 años, análisis de laboratorio cada dos años, un electrocardiograma anual y medición de la presión arterial de forma cuatrimestral. Se agrega una ergometría o prueba de esfuerzo antes de los 50.

Desde los 50 años se deben realizar análisis de laboratorio anuales con parámetros ampliados, electrocardiogramas cada seis meses y un test de refuerzo cada dos años o en forma anual.

Un elemento que juega en contra es la sumatoria de los factores de riesgo. Tener elevados o presentes dos  o más factores multiplica el riesgo de presentar un evento cardiovascular o enfermedad coronaria o insuficiencia cardíaca en el futuro, lo que obliga tanto al cardiólogo como al paciente a extremar las medidas de control.