Este 1 de junio, la Iglesia Católica conmemora a San Justino, uno de los primeros grandes pensadores cristianos, conocido como el “filósofo mártir”. Nacido en el siglo II en Samaria (actual Cisjordania), Justino se convirtió al cristianismo tras una larga búsqueda espiritual a través de diversas escuelas filosóficas. Su encuentro con la fe cristiana no significó un abandono de la razón, sino su integración: fue uno de los primeros en demostrar que la fe y la razón no se contradicen, sino que se complementan.

San Justino escribió varias obras en las que defendía el cristianismo frente a las acusaciones del imperio romano. Sus “Apologías” y su “Diálogo con Trifón” son textos fundamentales para comprender los primeros siglos del cristianismo. Fue decapitado en Roma hacia el año 165, durante la persecución de Marco Aurelio, por negarse a renunciar a su fe.

Además de San Justino, este 1 de junio se recuerda a otros santos y beatos:

San Caprasio de Lérins, monje del siglo V y uno de los primeros eremitas en las islas del sur de Francia.San Ronan de Bretaña, misionero irlandés que evangelizó la región bretona.San Fortunato de Spoleto, mártir de los primeros siglos del cristianismo.Beata Virgen María, Madre de la Iglesia: aunque su memoria litúrgica se celebra oficialmente el lunes después de Pentecostés, en algunas regiones también se recuerda el 1 de junio.

El santoral, más que una lista de nombres, es una invitación a mirar hacia esos hombres y mujeres que, en distintas épocas y contextos, vivieron su fe con radicalidad, compromiso y, en muchos casos, heroísmo.