En 1975 dejó este mundo Hannah Arendt, nacida en Alemania. Dejó mensajes tan actuales que mirándose nuestra realidad parecería que recién los escribió: “Esta mentira constante no tiene como objetivo hacer que la gente crea una mentira, sino asegurarse de que ya nadie crea nada. Un pueblo que no puede distinguir entre la verdad y la mentira no puede distinguir entre el bien y el mal. Y tal pueblo, privado del poder de pensar y juzgar, está, sin saber ni quererlo, sujeto completamente a la regla de las mentiras. Con un pueblo así puedes hacer lo que quieras”. También dijo: “Ninguna causa nos queda, sino la más antigua de todas, la causa de la libertad frente a la tiranía”. Además expresó: “No hay pensamientos peligrosos, pensar es de por sí peligroso”, pero como nos encanta el peligro y ya estamos hartos de las historias repetidas y de las miles de piadosas mentiras, pensemos con los ojos bien abiertos y esperemos el inminente golpe cuando nos estrellemos, luego veamos qué quedó en pié y a qué “Pinocho” culpamos del desastre ocasionado por las mismas mentiras que nos vienen repitiendo desde hace años, que aunque tengan patas cortas, caminan rápido y destruyen todo.
Francisco Amable Díaz
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