El magnesio es un mineral clave para nuestro cuerpo. Esta sustancia participa en cientos de funciones, desde mantener en buenos niveles el azúcar en la sangre hasta asegurar que tus músculos y huesos funcionen correctamente. Pero, ¿le damos la atención que merece a cuánto magnesio consumimos? Es muy común que no sea así, lo que puede llevarnos a una deficiencia y, con ella, a una serie de síntomas bastante molestos.
¿Cuánto magnesio necesitamos?
Según los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos, las necesidades diarias de magnesio varían según la edad y el sexo.
Se recomienda que los hombres consuman entre 400 y 420 mg por día, mientras que para las mujeres, la ingesta recomendada es de alrededor de 310 a 320 mg.
Durante el embarazo, esta cantidad aumenta a 360 mg. Es fundamental asegurarse de alcanzar estas cantidades para mantener un óptimo funcionamiento del organismo.
Los síntomas que no deben pasar desapercibidos
Cuando nuestros niveles de magnesio caen por debajo de lo recomendado, nuestro cuerpo nos envía señales de advertencia. Estos son los cuatro síntomas principales que indican una posible deficiencia de magnesio:
Debilidad muscular: la falta de magnesio puede interferir con la contracción muscular y la transmisión de impulsos nerviosos, lo que puede provocar debilidad muscular. Este síntoma es una clara señal de que el cuerpo necesita más magnesio para funcionar correctamente.
Pérdida de apetito: la pérdida de apetito puede ser un resultado indirecto de otros síntomas de deficiencia de magnesio, como las náuseas y los vómitos. Estos malestares pueden afectar el deseo de comer, lo que lleva a una ingesta reducida de alimentos.
Fatiga: el magnesio desempeña un papel crucial en la función muscular y en el equilibrio de sustancias importantes como el potasio. Una deficiencia de magnesio puede desencadenar desequilibrios que contribuyan a la fatiga generalizada.
Náuseas y vómitos: el magnesio ayuda a regular los neurotransmisores en el cerebro, incluida la serotonina, que controla las náuseas y los vómitos. Una deficiencia de magnesio puede desencadenar malestares estomacales que resultan en náuseas y vómitos recurrentes.
Fuentes de magnesio en la dieta
Una dieta equilibrada puede proporcionar una cantidad adecuada de magnesio. Algunos alimentos ricos en magnesio incluyen:
Semillas de calabaza y almendras
Espinacas y porotos negros
Yogurt natural y leche de soya
Banana y palta
Salmón y pollo
Avena y chocolate negro
Además, los suplementos de magnesio están disponibles para aquellos que pueden necesitar un impulso adicional. Sin embargo, es importante consultar con un profesional de la salud antes de comenzar cualquier suplementación para determinar si es necesario y qué tipo de suplemento es el más adecuado para cada individuo.