La picazón de ojos, el enrojecimiento y hasta el ardor y lagrimeo son síntomas habituales para algunas personas. Se trata de reacciones del cuerpo que pueden tener muchos orígenes pero a las que hay que prestarles atención. Aunque se suelen adjudicar a una simple alergia estacional, existe una enfermedad difícil de diagnosticar por su similitud a una irritación a causa del polen y las partículas en el aire.

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Las alergias son causa común desencadenada por alérgenos. El polvo, el polen, el moho y la exposición a algunos animales pueden ser los agentes que despierten estos síntomas. También pueden incidir la contaminación ambiental y incluso los niveles de humedad en el ambiente. Sin embargo, si tenés picazón, enrojecimiento o lagrimeo de ojos y se convierte en algo persistente, lo más importante es que consultes con un oftalmólogo.

La enfermedad que se confunde con alergia estacional

Si los ojos pican y se irritan, la nariz también empieza a secretar mucosidad o se tapa impidiendo respirar correctamente. En consecuencia, algunas personas pueden desarrollar dolores de cabeza. Pero estos síntomas pueden corresponderse con la blefaritis, una enfermedad causada por virus o bacterias que si no se trata se puede convertir en algo crónico.

La Mayo Clinic define a la blefaritis como la inflamación de los párpados que normalmente afecta a ambos ojos. En general, se trata de un trastorno crónico que no es fácil de tratar, puede ser molesta y en algunos casos no verse bien porque tiende a generar una especie de descamación en la raíz de las pestañas. Es habitual que una persona con blefaritis se despierte con lágrimas secas, lagañas o costras alrededor de los ojos. En los casos más severos, los párpados pueden amanecer pegados.

Síntomas y origen de la blefaritis

Los síntomas de la blefaritis se manifiestan usualmente con mayor intensidad por la mañana. Pueden incluir:

- Ojos llorosos

- Ojos rojos

- Sensación de arena en los ojos

- Ardor y picazón en los ojos

- Párpados de aspecto grasoso

- Costras o descamación en la piel

- Mayor frecuencia de parpadeo

- Visión borrosa que mejora con el parpadeo

La blefaritis aparece cuando las glándulas que están en los párpados se bloquean por exceso de materia grasa. Su origen se asocia a dermatitis seborreica, una infección, rosácea, alergias, ácaros y resequedad ocular.

Para diagnosticar la blefaritis deberás acudir a un especialista. Un oftalmólogo te examinará los ojos, puede que use algún instrumento especial de observación. También puede pedirte un hisopado y extraer muestras del aceite o la costra que se forma alrededor de tus ojos. La muestra busca constatar si hay hongos o bacterias presentes. Según el origen de tu blefaritis, el médico recomendará diferentes tratamientos para combatirla.