El Día del Padre me hizo reflexionar acerca de un tema de mucha actualidad: la emancipación de los jóvenes y no tan jóvenes. Según la Real Academia Española, madre de nuestra lengua, la emancipación es sinónimo de la independización y la autonomía. Al leer esto, me puse a pensar en un hecho extraño que acontece desde hace varios años, entre el mocerío, varones y mujeres, que se niegan a emanciparse. El nido en el que han nacido y les ha brindado cobijo durante su corta e, irónicamente, larga vida, parece ser que los ha amurado, pese a la precariedad de recursos con los que cuentan sus padres para sostenerlos. “Es una moda”, dicen algunos. Otros aducen que les falta decisión y orientación para formar una familia y otras cosas más. Buscando en Google una definición para incorporar a esta nota, me di con una expresión muy buena, que puede servir de reflexión. La misma dice: “Con la emancipación, el conocimiento viaja”. Y así los jóvenes crecen físicamente y en sabiduría, y a la vez, cumplen con el mandato divino de crecer, multiplicarse y dominar la tierra, que cita en sus inicios la Biblia.

Daniel Chavez 

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