En Tucumán, la tarifa del servicio de electricidad está por debajo del valor promedio a nivel nacional. Eso se desprende del informe que el Ente único de Control y Regulación de los Servicios Públicos de Tucumán (Ersept) presentó hoy al gobernador Osvaldo Jaldo. “Estamos en el puesto 16, empezando por el más caro. Estamos entre los 4 o 5 más baratos, en el caso de las tarifas N2, para los usuarios con menores ingresos; en el caso de N 3 estamos en el puesto 14 y, en el caso de N1, estamos en un valor promedio, en la media nacional aproximadamente en el puesto 13”, expuso el titular del ente regulador José Ascárate tomando como base un diagnóstico elaborado por el Observatorio de Tarifas y Subsidios del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) dependiente de la Universidad de Buenos Aires (UBA)-Conicet. Ese informe releva a 29 distribuidoras eléctricas de la Argentina.

Ascárate resalta que, en el caso específico de Tucumán, el sistema de electricidad no recibe subsidios provinciales externos que distorsionen y simulen disminuir el verdadero costo real del servicio. Tampoco registra deudas con CAMMESA, lo que garantiza el abastecimiento continuo y sin riesgos y lo hace sujeto de bonificaciones. Y, finalmente, cumple con el marco regulatorio vigente y el Contrato de Concesión, reduciendo la incertidumbre regulatoria y, por lo tanto, en el mediano plazo el costo del servicio.

La comparación de los niveles tarifarios debe realizarse con mucha precaución, advierte el reporte de la Gerencia de Asuntos Económicos del Ersept, ya que las diferencias pueden estar relacionadas con múltiples factores que no necesariamente guardan relación con la eficiencia del sistema. Entre algunos factores relevantes a considerar se encuentran:

1. Variables de contexto. El costo del servicio de distribución eléctrica depende de las características del sistema y de los usuarios atendidos, lo que impacta en el diseño y la operación de la red. Factores como la escala del sistema, la concentración geográfica de los usuarios, la demanda máxima de potencia y la extensión territorial influyen directamente en los costos de infraestructura y mantenimiento.

2. Calidad de servicio. La calidad del servicio solicitada tiene un impacto directo en los costos, ya que un nivel superior de calidad requiere mayores inversiones en infraestructura y tecnología, lo que se traduce en costos más elevados para garantizar un suministro estable y confiable.

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3. Tasas e impuestos locales. Las cargas impositivas son variables exógenas al servicio de distribución y varían entre provincias, generando una dispersión en los niveles tarifarios. Estos impuestos locales afectan la estructura de costos finales y pueden introducir diferencias significativas en las tarifas entre distintas jurisdicciones.

4. Diseños tarifarios. Las provincias presentan estructuras tarifarias diversas. Por ejemplo, algunas aplican bloques de cargos fijos crecientes o escalas de costos variables según el consumo. Esto significa que la elección de un nivel de consumo (300 KWh mensuales) para realizar una comparación ceteris paribus entre niveles tarifarios entre las provincias afectará el ranking obtenido para cada una. En este sentido, cabe señalar que Tucumán cuenta con bloques crecientes de cargos fijos; si se hubiera elegido un consumo de 240 KWh, próximo al consumo medio de esta provincia, el cargo fijo descendería aproximadamente un 54%, lo que generaría una caída significativa en el ranking tarifario que ocupa.

5. Tarifa Social. Tucumán cuenta con un sistema de tarifa social que beneficia a un número considerable de usuarios residenciales, alcanzando a 187.563 hogares, lo que representa el 35% del total. Para realizar una comparación precisa entre provincias, es necesario evaluar tanto las facturas con tarifa social como sin ella, ya que este mecanismo influye significativamente en el costo final que paga el usuario. La gerencia del ente regulador considera más apropiado generar una tarifa social destinada a usuarios de bajos ingresos que un subsidio al consumo, ya que la primera mejora los indicadores de errores de inclusión y exclusión.

6. Sostenibilidad del servicio. La comparación de tarifas sin considerar la sostenibilidad del servicio puede confundir ineficiencia con falta de sustentabilidad. Como menciona el reporte de IIEP, una tarifa puede indicar precios más bajos sin cobrar el precio de la energía establecido por la Nación. Sin embargo, esto requerirá subsidios provinciales y/o acumulación de deudas con CAMMESA y/o incumplimiento del marco regulatorio. Esto último aumentará el costo del servicio (debido a un mayor riesgo regulatorio) en el mediano plazo.

Ascárate, finalmente, reveló que el gobernador le solicitó cautela a la hora de aprobar pedidos de incrementos tarifarios, de modo de no afectar el poder adquisitivo del salario. Según el titular del Ersept, “las últimas dos veces que hubo cambios tarifarios fueron en el mes de noviembre y en el mes de abril-mayo. Abril-mayo, que es la última suba tarifaria respecto a noviembre, significó un incremento del orden del 1%. Cuando el índice de inflación en el mismo periodo fue del 16%”. De hecho, la Dirección de Estadística de la Provincia, en su último reporte, explicó que la inflación del 0,8% de junio estuvo directamente relacionada con la retracción en el valor de la tarifa del servicio de luz.