Durante varias semanas al año y desde hace más de una década, Nima Sarkechik es un habitante más de las noches tucumanas. El pianista francés ha recorrido tanto la música clásica como popular en sus numerosas actuaciones con distintas formaciones, y su estilo construido con una flexibilidad propia de quien decide buscar antes que encontrar y potenciado por los sonidos de su origen familiar iraní, le permiten amalgamar encuentros especiales con colegas locales.

“Tucumán no es para mí una parada más: es una raíz. Vengo regularmente y cada estadía profundiza un lazo afectivo y humano muy fuerte. Acá hice amistades sinceras -según dicen, hasta alguna que otra enemistad inesperada-, lo cual tal vez sea señal de que ya formo parte del paisaje social tucumano. Conocí familias, descubrí una riqueza cultural vibrante y un público que siempre me conmovió por su calidez, escucha y apertura. Acá el arte circula naturalmente por la calle, en las charlas y los gestos”, le dice a LA GACETA con motivo de su nueva presentación, esta noche desde las 21 en el teatro San Martín (avenida Sarmiento 601) y junto a la Orquesta Estable de la Provincia.

El repertorio estará dedicado al compositor ruso Serguei Rachmaninoff. “Interpretarlo es enfrentarse a una intensidad emocional poco común. Su música no miente: exige del intérprete una entrega total, una vulnerabilidad sin máscaras, porque combina una virtuosidad imponente con una profundidad interior conmovedora. Su lenguaje es rico, a veces cercano a Claude Debussy o al jazz en sus colores armónicos, pero siempre anclado en un alma eslava, casi mística. Es como atravesar un sueño lúcido, lleno de impulsos, dolores, plegarias y luz”, describe.

Nima Sarkechik, en dos monumentos de piano y orquesta

La Orquesta Estable será dirigida por Yeny Delgado, en lo que es el primer contacto entre ambos. “Fue una linda sorpresa, dirige con pasión, precisión y generosidad. Desde los primeros ensayos sentí un clima de confianza y un verdadero deseo compartido de construir algo juntos”, se entusiasma.

- ¿Cómo definirías su forma de conducir una orquesta?

- Su gesto es claro, su energía es contagiosa, y valoro mucho el vínculo visual que tiene con los músicos y con el solista. Eso genera una dinámica viva, casi camerística. Este tipo de colaboración le da aire a la música, y mucho placer al tocarla.

- El concierto tiene como subtítulo “El exilio del alma”, en referencia a la vida del compositor lejos de su patria. ¿Cómo te toca personalmente ese tema?

- El exilio está en la memoria de mi familia: mis padres dejaron Irán justo antes de la revolución islámica, con la idea de volver algún día, pero ese regreso nunca fue posible. Crecí en una cultura persa que no conocí directamente en su territorio. Es una forma de exilio heredado, donde el idioma, la poesía y la música siguen vivos pero a la distancia. Es una tensión constante entre pertenecer y estar lejos. Y la música me permite transformar esa tensión en algo habitable.

- ¿Tu vida artística errante es una forma de exilio elegido?

- Creo que mi nomadismo es una forma de fidelidad a mí mismo. Voy hacia donde la vida me llama, adonde las personas me invitan. Es un movimiento elegido, pero también tiene su precio: cada partida es una pequeña pérdida, un duelo silencioso. Aprendí a vivirlo no como una ruptura, sino como un ciclo. Esta movilidad constante se volvió mi forma de existir, una manera de mantenerme poroso, curioso, en movimiento interior.

El concierto más difícil, en las manos de Nima Sarkechik

- ¿Cómo estás desplegando tu carrera?

- No separo mi carrera de mi vida. Sigo tocando repertorio clásico, pero también desarrollo proyectos en la intersección de mundos: creaciones con niñxs, intercambios culturales, trabajos artísticos con personas en situación de discapacidad... Cofundé la asociación Arte en Salud, que pone la fragilidad humana en el centro de un gesto creativo compartido. Y mi otro gran proyecto, Urban Brahms, explora puentes entre músicas académicas y tradiciones orales del mundo. Para mí, el arte nace del deseo de vincular.

- ¿Qué te interesa de lo nuevo que circula en el arte actualmente?

- Me fascina cómo las herramientas digitales, la inteligencia artificial y las prácticas híbridas están reconfigurando la creación. Pero lo que más me atrae son los cruces inesperados: cuando un rapero dialoga con una soprano, o un niño o niña recita un poema en su lengua natal en medio de un coro de Brahms. Me tocan artistas como Stromae, Fazil Say o algunos compositores actuales como Fabien Waksman. Y creo profundamente que el futuro del arte se juega en su capacidad de crear vínculos donde antes no los había.

El repertorio: dos creaciones complejas y desafiantes

La Orquesta Estable de Tucumán, dirigida por Yeny Delgado, interpretará esta noche dos obras de Serguei Rachmaninoff: el desafiante Concierto para piano N° 3 en re menor, Op. 30, respetado por su intensidad técnica y profundidad expresiva, con Nima Sarkechik como solista; y las Danzas Sinfónicas, Op. 45, la última obra compuesta por el creador ruso, una suite en tres movimientos caracterizado por la riqueza melódica y la maestría orquestal.