El conflicto generado por los incidentes en el estadio Libertadores de América sumó un nuevo capítulo: los 104 hinchas de Universidad de Chile que habían sido detenidos en Avellaneda ya se encuentran en libertad. La decisión se conoció un día después de los disturbios que empañaron el partido de Copa Sudamericana frente a Independiente.

La noticia fue celebrada por el presidente chileno Gabriel Boric, que utilizó sus redes sociales para enviar un doble mensaje: respaldo a sus compatriotas y condena a los hechos violentos. “Seguiremos trabajando por erradicar la violencia en los estadios y, a la vez, defendiendo los derechos de nuestros compatriotas”, expresó.

La defensa legal de los aficionados, encabezada por José Ramón Correa, fue mucho más dura en sus declaraciones. El abogado consideró que las detenciones fueron “ilegítimas” y denunció que los simpatizantes estuvieron hacinados, sin alimentación y sin atención médica para quienes presentaban heridas.

Además, responsabilizó directamente a Independiente por la falta de protocolos adecuados para recibir público visitante. “Las medidas mínimas para un espectáculo deportivo no se cumplieron”, sostuvo, y adelantó que evaluará los pasos legales a seguir.

Correa permanecerá en Buenos Aires hasta el fin de semana para garantizar que no quede ningún hincha retenido. “Hay obligaciones pendientes y quiero asegurarme de que todos regresen a Chile”, afirmó.