FRANJA DE GAZA, Territorios Palestinos.- El clero católico y griego ortodoxo, así como las monjas, permanecerán en Ciudad Gaza pese a los planes israelíes de toma militar, indicaron las comunidades religiosas en un comunicado conjunto, transmitido por el Vaticano.

“El clero y las monjas han decidido quedarse y seguir cuidando de todos los que se encuentran en los predios”, anunciaron el actual patriarca latino de Jerusalén, el cardenal italiano Pierbattista Pizzaballa, y el patriarca de la Iglesia Ortodoxa de Jerusalén, Teófilo III. “Abandonar la Ciudad de Gaza e intentar huir al sur sería una sentencia de muerte”, aseguraron en un comunicado conjunto.

“Cuando se dio el comunicado, había órdenes de evacuación en vecindarios de Ciudad Gaza se seguían recibiendo informes de fuertes bombardeos”, relataron Pizzaballa y Teófilo III.

“No sabemos exactamente qué ocurrirá sobre el terreno, no solo para nuestra comunidad, sino para toda la población. Solo podemos repetir lo que ya hemos dicho: no puede haber un futuro basado en el cautiverio, el desplazamiento de palestinos ni la venganza”, añadieron.

Centenares de desplazados están albergados desde el inicio de la guerra en los campamentos griegos ortodoxos de San Porfirio y de la Sagrada familia.

En julio, bombas israelíes destruyeron la iglesia de la Sagrada Familia, mataron a tres personas e hirieron a 10, entre ellas, al párroco Gabriel Romanelli, el argentino que encabeza ese único templo católico en Gaza.

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En el comunicado, difundido al día siguiente del doble ataque contra un hospital del sur de la Franja que dejó 20 muertos -entre ellos cinco periodistas- y causó gran conmoción, los patriarcas católico y ortodoxo recordaron que, desde el inicio de la guerra el 8 de octubre de 2023, tanto el predio ortodoxo griego de San Porfirio como el de la Sagrada Familia han dado refugio a cientos de civiles, incluidos ancianos, mujeres y niños.

“Entre quienes hallaron refugio en los campamentos, muchos son débiles y están desnutridos debido a las dificultades vividas en los últimos meses”, dice el texto. “Salir de Ciudad Gaza o tratar de trasladarse al sur es casi una pena de muerte. Por esta razón el clero y las monjas decidieron permanecer y seguir cuidando a quienes están los campamentos”, añade.

Hay unos 650 católicos y cristianos ortodoxos en la Franja de Gaza, entre ellos cinco curas y cinco monjas, que asisten a la población en medio del hambre, las bombas y el miedo.

El gabinete israelí aprobó a comienzos de mes un plan militar para tomar Ciudad Gaza, pese a las presiones internacionales por la situación humanitaria.

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El conflicto estalló con el ataque de Hamas contra Israel el 7 de octubre de 2023, que causó la muerte de 1.219 personas, en su mayoría civiles, según un recuento basado en cifras oficiales.

La ofensiva israelí ha matado al menos a 62.819 palestinos, en su mayoría civiles, según el Ministerio de Salud gazatí.

En los rostros de decenas de fieles se refleja el terror, relata la crónica publicada por el diario “La Nación”. La misa en la Sagrada Familia, en el antiguo barrio de Zeitun, se celebra en árabe, elevando la voz sobre el estruendo de las bombas que sacuden la ciudad.

El párroco Romanelli, que se hizo conocido porque todas las noches recibía un llamado del Papa Francisco, es uno de los que no se irá de la arrasada Ciudad de Gaza. “Estamos extenuados, los nervios a flor de piel”, reconoce Romanelli, sacerdote del Instituto del Verbo Encarnado, al frente del predio que desde hace 690 días alberga a unas 500 personas. Allí residen, desde hace años, personas con discapacidad, atendidas por las Hermanas Misioneras de la Caridad.

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En el texto, que difundió el medio católico “Vatican News”, se destaca lo que dijo el papa León XIV hace días: “Todos los pueblos, incluso los más pequeños y débiles, deben ser respetados por los poderosos en su identidad y en sus derechos, especialmente el derecho a vivir en sus propias tierras; y nadie puede obligarlos al exilio”.

Injusto y peligroso

“Este no es el camino correcto. No hay razón para justificar el desplazamiento masivo, deliberado y forzoso de civiles. Es hora de poner fin a esta espiral de violencia, de poner fin a la guerra y de priorizar el bien común del pueblo. Ya ha habido suficiente devastación, tanto en los territorios como en la vida de las personas. No hay razón para justificar mantener a civiles como prisioneros y rehenes en condiciones dramáticas. Es hora de que las familias de ambos bandos, que han sufrido durante tanto tiempo, sanen”, clamaron.