La gala del Balón de Oro 2025 en el Théâtre du Châtelet de París no solo tuvo como figuras a los futbolistas premiados, sino también a los acompañantes que acapararon la atención mediática. Entre ellos se destacó Mounir Nasraoui, padre de Lamine Yamal, quien no pasó desapercibido durante la ceremonia.

Con 39 años y de origen marroquí, Nasraoui llegó a la gala junto a su hijo y a la abuela del futbolista del Barcelona. Al retirarse por la alfombra roja, fue quien “llevó la voz cantante del clan”, mostrando un gesto ganador y un tono confiado frente a la prensa. Entre sonrisas y un estilo canchero, arengó con un sonoro “¡vamos, vamos!” que marcó el inicio de una serie de declaraciones explosivas.

Confianza desbordante en su hijo

Tras la consagración de Ousmane Dembélé como ganador del Balón de Oro, Nasraoui no dudó en vaticinar que el futuro inmediato pertenece a Lamine Yamal. “El próximo año es nuestro”, afirmó con seguridad, extendiendo su mensaje a toda España y aludiendo al próximo año mundialista.

Además, elevó aún más la apuesta al considerar que su hijo es “el mejor jugador del mundo con muchísima diferencia” y que “no tiene rivales” en la disputa por la cima del fútbol.

Críticas y sospechas por el resultado

Si bien evitó hablar abiertamente de un “robo”, Nasraoui dejó en claro su disconformidad con el desenlace de la votación. “Ha sido un daño moral para un ser humano”, dijo en referencia a la entrega del premio a Dembélé. Incluso deslizó dudas sobre la transparencia del proceso: “Aquí ha pasado algo muy raro”.

Lejos de pasar inadvertido, el padre de Yamal se convirtió en uno de los nombres más comentados de la gala. Su presencia desafiante y sus frases de alto voltaje pusieron al joven talento del Barcelona otra vez en el centro de la escena, aunque esta vez no por sus goles o asistencias, sino por el fervor de un padre convencido de que el Balón de Oro, tarde o temprano, llevará el nombre de su hijo.