El caos institucional de San Lorenzo sumó un nuevo capítulo cuando Marcelo Moretti regresó a la presidencia del club, tras recibir la notificación judicial que lo habilita a reasumir el cargo. Lo que debía ser un regreso administrativo se convirtió en un escándalo que expuso la tensión entre la dirigencia y los hinchas.
El mandatario del “Ciclón” llegó a la sede del club con el fallo judicial a su favor, pero fue recibido con insultos. A medida que se difundió la noticia de su presencia, más hinchas se autoconvocaron y la situación escaló rápidamente: varios intentaron ingresar al edificio mientras otros violentaban las puertas a patadas. La tensión llegó al punto de que le arrojaron proyectiles y Moretti se vio obligado a escapar corriendo hasta un patrullero, escoltado por la policía, que posteriormente reprimió a los manifestantes.
El dirigente había atravesado una larga licencia luego del escándalo por la cámara oculta en la que presuntamente recibía coimas por fichar a un juvenil. Su regreso se produjo luego de que la Cámara Civil definiera que la acefalía del club fue irregular y suspendiera la convocatoria a Asamblea Extraordinaria, devolviendo la legitimidad de la CD y suspendiendo cualquier medida que no fuera convocada por Moretti.