En la antesala del Superclásico, los dos gigantes del fútbol argentino llegan en polos opuestos. Boca consiguió una victoria resonante en La Plata ante Estudiantes, mientras que River volvió a tropezar en el Monumental frente a Gimnasia. A una semana del gran choque en La Bombonera, los dirigidos por Claudio Úbeda llegan con envión y confianza, y el conjunto de Marcelo Gallardo, con dudas, enojo y una racha negativa que amenaza con complicar su clasificación a la Copa Libertadores 2026.

El “Xeneize” logró un triunfo tan trabajado como valioso por 2 a 1 en el estadio UNO, en un partido intenso de principio a fin. Exequiel Zeballos y Miguel Merentiel marcaron los goles del conjunto azul y oro. El atacante santiagueño falló un penal en el primer tiempo, pero tuvo revancha en el complemento con una definición cruzada impecable para abrir el marcador. Poco después, Estudiantes igualó con otro penal, convertido por Edwin Cetré tras una infracción de Agustín Marchesín.

Sin embargo, cuando el empate parecía sellado, Boca volvió a golpear. En tiempo adicionado, Ander Herrera fue derribado dentro del área y el árbitro no dudó en sancionar la falta. Merentiel, con serenidad, cambió el penal por gol y desató la euforia de un equipo que empieza a mostrar identidad y carácter. El final fue sufrido: Estudiantes terminó con un jugador menos por la expulsión de Neves y se fue al ataque con todo, pero Boca resistió y se quedó con tres puntos fundamentales.

El conjunto de Úbeda no solo se consolidó como líder de la Zona A del Torneo Clausura, sino que amplió su ventaja en la tabla Anual, quedando muy cerca de asegurarse su boleto a la próxima Libertadores. “Sabemos cómo jugar estos partidos, el equipo mostró personalidad”, destacó el entrenador, que valoró el compromiso de sus jugadores y ya comenzó a planificar el clásico ante River.

En contraste, el panorama de River es sombrío. En el Monumental, el equipo de Gallardo cayó 1 a 0 ante Gimnasia y sumó su cuarta derrota consecutiva como local, algo impensado para un plantel acostumbrado a la supremacía en casa. El tanto de Marcelo Torres, de penal, fue suficiente para el “Lobo”, que volvió a ganar en Núñez después de 20 años.

River comenzó el partido con energía, intentando imponer su ritmo, pero rápidamente se apagó. La falta de volumen de juego, la desconexión entre líneas y la falta de eficacia frente al arco rival volvieron a exponer las falencias de un equipo sin confianza. En el tramo final, el “Millonario” empujó más por orgullo que por claridad, y tuvo la gran oportunidad del empate sobre la hora: el árbitro cobró un penal, pero Nelson Insfrán, figura del encuentro, se lo contuvo a Miguel Borja.

El cierre fue frustrante y terminó de exasperar a los hinchas, que despidieron al equipo con silbidos. Para colmo, Facundo Colidio sufrió una lesión muscular y es duda para el Superclásico. River ganó apenas uno de sus últimos cinco partidos y se complicó en la tabla Anual: ahora está tercero, un punto por encima de Argentinos y Riestra, con seis en juego.

La comparación entre ambos gigantes es inevitable. Mientras Boca crece en confianza, orden y eficacia, River se desangra entre dudas, errores defensivos y una preocupante sequía ofensiva. El Superclásico del domingo en La Bombonera se presenta como una bisagra: puede consolidar el despegue del “Xeneize” o reavivar el orgullo del “Millonario”.