En tiempos en que cada vez más personas buscan mejorar su alimentación sin aumentar el gasto, un alimento simple y accesible se destaca por sus múltiples beneficios: el maní. Económico, versátil y lleno de nutrientes, este integrante de la familia de las legumbres tiene un papel clave en la reducción del colesterol y en la prevención de enfermedades cardiovasculares, según destacan diversos estudios internacionales.
Especialistas en nutrición de la Clínica Cleveland recomiendan consumir una porción diaria de 28 gramos, equivalente a un puñado pequeño o unos 28 maníes sin cáscara. Esa cantidad aporta proteínas de alta calidad, grasas saludables y una variedad de vitaminas y minerales esenciales, lo que lo convierte en una excelente opción para sumar nutrientes sin recurrir a productos costosos.
Cómo actúa el maní en el organismo
El poder del maní reside en sus componentes bioactivos. Contiene fitoesteroles, sustancias que bloquean la absorción del colesterol en el intestino, ayudando a reducir el colesterol LDL —conocido como el “malo”— y a elevar el colesterol HDL, el “bueno”.
“El maní es un alimento integral que ofrece diversos beneficios para la salud, como la disminución del riesgo de enfermedades crónicas y de mortalidad total y por causas específicas”, explicó Vasanti Malik, científica investigadora de la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard.
Además, este alimento aporta polifenoles y resveratrol, compuestos con potente acción antioxidante que combaten la inflamación y mejoran la protección cardiovascular. De este modo, su consumo regular contribuye a mantener un sistema circulatorio más saludable y a prevenir daños en las arterias.
Evidencia científica: hasta un 20% menos de riesgo de ACV
Los beneficios del maní no se limitan a la teoría. Un estudio realizado en Japón y publicado en la revista Stroke de la Asociación Americana del Corazón encontró que quienes consumían entre cuatro y cinco maníes al día tenían un 20% menos de riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular isquémico, en comparación con quienes no lo incluían en su dieta habitual.
Por su parte, la nutricionista Julia Zumpano, de la Clínica Cleveland, subrayó que los fitoesteroles presentes en el maní son clave para mejorar el perfil lipídico y mantener las arterias limpias. “Estos compuestos bloquean la absorción de colesterol en el intestino y contribuyen a mejorar los niveles de lípidos en sangre”, explicó.
Un aliado cotidiano y accesible
Gracias a su perfil nutricional equilibrado, el maní se ubica junto a los frutos secos más valorados, aunque con una ventaja económica significativa. Puede consumirse tostado, en manteca natural o agregado a comidas y ensaladas, siempre que se elijan versiones sin sal ni azúcar añadida.
En resumen, incorporar una pequeña porción de maní a la alimentación diaria puede marcar una diferencia importante en la salud del corazón, reduciendo el colesterol “malo”, aumentando el “bueno” y fortaleciendo la función cardiovascular general.
Un puñado al día, según la ciencia, alcanza para proteger el corazón sin afectar el bolsillo.