Máximo Ledesma volvió a ponerse la camiseta de Natación y Gimnasia este año y lo hizo como si nunca se hubiera ido. En la semifinal ante Lawn Tennis fue la figura del partido: anotó 17 puntos y selló el triunfo con un penal cuando la chicharra ya había sonado. Esa patada desató la locura en la cancha de Los Tarcos y le devolvió al “Blanco” la ilusión de volver a lo más alto del norte.
Natación jugará el sábado la final del Regional del NOA ante Tucumán Rugby, el rival que domina buena parte de las definiciones de los últimos años. El equipo del parque no levanta este trofeo desde 2017, cuando rompió una sequía de 21 años sin títulos al ganarle la final a Lawn Tennis por 27 a 20. Ledesma, entonces, también formaba parte del plantel campeón. “Tenía ganas de volver y por suerte volvimos varios que nos adaptamos bien. Estábamos muy ilusionados y ahora contentos de estar en la final”, dijo.
Su regreso llegó después de un largo paso por el exterior. “Desde 2019 no jugaba en el club. Estuve en Paraguay en 2020 y 2021, y después me fui a Italia, donde jugué cuatro años”, contó. Sobre aquella etapa en Asunción, recordó: “El primer año fue corto por la pandemia y el segundo también medio encerrados, pero éramos muchos argentinos y la pasamos bien”. Italia le dejó una experiencia distinta, aunque también marcada por el vínculo entre compatriotas. “Éramos por lo menos seis argentinos en el equipo, así que la pasamos bien también”, comentó.
Su decisión de irse había nacido del deseo de probar el rugby profesional. “En 2020 arrancaba lo que era el Super Rugby América, que estaba cerca de Argentina y duraba medio año. Estaba bueno. Volví en 2021 y tenía ganas de rugby profesional, y ahí surgió Italia”, explicó. Allá, compartió vestuario con otros tucumanos. “En el primer equipo estuve con Rómulo Acosta y Santiago Portillo, y en el segundo éramos más. En total había diez argentinos”, recordó.
El regreso al club fue natural. “Nunca dejé de estar en contacto con los chicos. Venía de visita, pasaba tiempo y me acercaba al club. Me recibieron bárbaro, fue volver a jugar con amigos”, aseguró.
De aquel título de 2017 guarda un recuerdo intacto. “Era un muy buen equipo en defensa, que tenía mucha intensidad. La felicidad de jugar ese partido fue tremenda. La final fue con Lawn Tennis, que también jugó muy bien”, señaló.
Ocho años después, el rugby vuelve a ponerlo frente a un escenario parecido, pero con él como una de las piezas centrales del presente. “Me toca patear y ser más protagonista por eso nomás. El equipo hizo un partidazo, no se dio por vencido nunca. Tenemos intensidad y ganas, y hacemos mucho esfuerzo. Yo nomás pateo”, expresó.
El penal final que definió la semifinal lo resume con una simpleza que contrasta con la tensión del momento. “Es lo lindo, la presión, pero era fácil dentro de todo porque era cerca del medio. Tenía confianza y estaba tranquilo”, dijo.
También valoró haber frenado el impulso de un rival que llegaba en gran forma. “Lawn Tennis venía siendo muy regular. El año pasado fue tremendo para ellos y habían arrancado bien este año, así que eran de los candidatos”, reconoció.
De cara a la final, Ledesma sabe que el desafío será distinto. “Tucumán Rugby es un equipo que cuando le das la pelota y espacios es una cosa, cuando lo incomodás y no lo dejás jugar es otro. Vamos a ir por la segunda opción. Si no, son peligrosos en ataque. Nosotros, por nuestra parte, nos vamos a hacer fuertes con lo nuestro”, afirmó.
A días del partido decisivo, el “Blanco” vuelve a soñar con repetir lo que logró en 2017. Y “Machi”, protagonista en ambos momentos, será otra vez el encargado de ponerle dirección a ese sueño.