Boca volvió a ganarle a River en la Bombonera después de más de tres años, y el clima tras el 2-0 fue una mezcla de euforia, alivio y gratitud. Los jugadores celebraron con su gente una victoria que significó el cierre de una deuda pendiente y la confirmación de que el equipo de Claudio Úbeda recuperó su identidad.

Entre abrazos y lágrimas, Miguel Merentiel volvió a ser protagonista con un gol y con palabras sinceras. Del otro lado del micrófono, Úbeda se quebró al recordar a Miguel Ángel Russo, su antecesor, a quien le dedicó la victoria. Fue una tarde de fútbol y emociones compartidas.

“Estoy feliz por meterle otro gol a River”

El delantero uruguayo volvió a ser determinante en los clásicos. Su gol, apenas iniciado el segundo tiempo, selló el 2-0 definitivo y encendió la fiesta en las tribunas. “Estoy feliz por esta gente que me apoyó desde el primer momento. Este equipo se merece estar en la Libertadores”, expresó, todavía con la voz agitada por el esfuerzo.

Merentiel no escondió su entusiasmo por el presente del equipo y su vínculo con los hinchas. “La gente está enferma y siempre nos apoya. Estamos felices. Y estoy feliz por meterle un gol a River nuevamente”, agregó. Cuando le pidieron que definiera lo que significa jugar un Superclásico, no dudó: “Esto que pasa acá es único”.

“Miguel festeja con nosotros desde arriba”

Úbeda analizó la victoria y no pudo evitar la emoción. “El equipo tiene personalidad y hoy lo hicimos bien”, dijo, antes de destacar el nivel de Exequiel Zeballos. “Tiene un potencial tremendo. Lo llevamos de a poco. Es un chico que necesita generarse confianza, y los compañeros lo ayudan mucho. Eso es lo más importante”, dijo.

Pero el momento más sentido llegó cuando recordó a Miguel Ángel Russo, fallecido hace un mes. “Cuando terminó el partido me abracé con Juvenal (Rodríguez) porque nos acordábamos de Miguel. Gran parte de lo que se ve es de él. Está festejando con nosotros desde arriba. Apenas terminó el partido, me acordé de Miguel”, confesó.

Úbeda cerró con un mensaje de satisfacción y calma. “Era el objetivo principal llegar a la Libertadores. Lo cumplimos con trabajo, humildad y convicción. Este grupo merecía un triunfo así”, afirmó.

La Bombonera fue testigo de una victoria con peso simbólico. Boca ganó, se clasificó, y en el eco del estadio resonó la certeza de que los proyectos, cuando tienen raíces, no se olvidan.