El mapa del verano 2026 incluye el resurgimiento de un destino que hizo historia en los años 2000: Praia do Rosa. Este balneario brasileño aparece como una de las opciones favoritas de los argentinos que viajan en grupo, buscan precios razonables, y quieren vivir unos días de surf, naturaleza y noches que no terminan temprano.
Ubicada a 90 kilómetros de Florianópolis, la zona atrae a jóvenes que pisan la arena y se sienten a gusto de inmediato con la música que emite algún parlante, las tablas en reposo y los hostels repletos de acentos argentinos.
El regreso de Praia do Rosa
Durante los años 2000, Praia do Rosa aparecía como un clásico de los mochileros: sencillo, y lleno de albergues, fogones improvisados y planes espontáneos. Con el paso del tiempo, el lugar orientó su oferta hacia un público más familiar, lo que alejó a los grupos juveniles.
Sin embargo, el destino recuperó su identidad fresca gracias a varios factores: un tipo de cambio competitivo para los argentinos; la reactivación del turismo pospandemia; la conectividad aérea y el efecto multiplicador de los contenidos en redes, donde la estética natural del lugar se volvió protagonista.
Hoy Praia do Rosa vive un renacimiento, y atrae a nuevos viajeros que descubren un destino que combina playas amplias, morros verdes y un estilo relajado.
Qué hacer en Praia do Rosa
La fórmula del lugar se sostiene en tres pilares: surf, caminatas y fiesta.
Surf: las olas constantes atraen tanto a principiantes como a surfistas experimentados. Rosa Norte es el punto preferido por los argentinos, una playa donde las tablas se mezclan con parlantes, sombrillas y una energía joven que se mantiene desde la mañana hasta el atardecer.
Trekking: los cerros que rodean la bahía permiten acceder a playas más tranquilas y miradores naturales. Los senderos duran entre 20 y 30 minutos, y ofrecen vistas panorámicas que se viralizan rápido en redes.
Vida nocturna: con la caída del sol, el centro vibra al ritmo de los bares, restaurantes y boliches. El movimiento se concentra en pocas cuadras, lo que permite recorrer todo caminando y sin depender del auto.
Praia do Rosa no es un destino urbano: es un pueblo pequeño fácil y accesible. Esa cercanía potencia la sensación de libertad, una de las razones por las que tantos jóvenes lo eligen.
Hostels, playa y buena onda
Los hostels son el corazón del lugar. Allí se encuentran los viajeros de todo el país que llegan con el mismo plan: pasar un verano económico, hacer nuevas amistades y disfrutar del día sin estructuras.
Los mates compartidos, las noches con música al aire libre y los fogones improvisados generan un ambiente relajado que se mantiene toda la temporada. Para muchos, ese espíritu comunitario diferencia a Praia do Rosa de otros destinos más masivos.