La noticia de la muerte de Miguel Ángel Russo llegó a Carlos Salvador Bilardo como un golpe silencioso, casi una herida que se abre sin aviso. Tal como sucedió con la partida de Diego Maradona, su familia eligió avanzar con cautela extrema antes de hablarle del fallecimiento del ex entrenador de Boca, ocurrido el 8 de octubre. El "Doctor", que tantos capítulos compartió con Russo desde los tiempos de Estudiantes, se enteró varios días después. Y cuando lo hizo, la reacción brotó desde un rincón profundo de su memoria.
Quien asumió la tarea de comunicarle la noticia fue su hermano menor, Jorge Bilardo. El momento se dio mientras ambos veían por televisión el homenaje que Boca le realizó a Russo en la previa del partido con Belgrano, una escena que hizo imposible continuar ocultándolo.
“Sí; se lo contamos. Pobre Miguel, cuánto luchó”, relató Jorge. “Cuando se lo dije, quedó muy quieto. Estábamos viendo el partido, aparecieron las banderas y ahí le dije. ‘Fijate… Miguel falleció’. Lagrimeó un poco. Fue durísimo. Ver su reacción me mató. Me dieron ganas de salir a la calle y tirarme abajo de un colectivo”, confesó, incapaz de disimular la impresión que le causó el momento.
La familia ya había vivido una situación similar con la muerte de Maradona. Bilardo, atento a los detalles y a las repeticiones televisivas, suele advertir cuando algo cambia en el aire. Y esta vez no fue distinto. “Como pasó con Diego, Carlos empezó a notar que hablaban mucho de Miguel. Ahí entendimos que ya no podíamos esperar más”, agregó.
La despedida de Russo movilizó a todo el mundo del fútbol. Uno de los gestos más emotivos ocurrió en La Bombonera, en donde una camiseta gigante con su nombre fue soltada al cielo como parte del homenaje. Esa misma bandera apareció semanas después en Cañada Nieto, Uruguay, hallada por un productor rural que la devolvió a Ignacio Russo, hijo del entrenador y delantero de Tigre.
Jorge Bilardo también recordó lo difícil que fue darle la noticia sabiendo que su hermano no estaba en condiciones de asistir al velorio. “Yo fui a despedirlo en la cancha de Boca. El pobre Carlos no pudo ir… ya se mueve muy poco. Eso también me pegó”, manifestó con la voz entrecortada.
Bilardo y Russo, una relación fuerte y de muchos años
La relación entre Bilardo y Russo tiene raíces profundas. No fue una amistad construida en la adultez, sino un vínculo forjado en los años 80, cuando Estudiantes de La Plata los unió para siempre; Bilardo desde el banco y Russo como símbolo dentro de la cancha. Juntos levantaron el Metropolitano 1982, uno de los títulos más recordados del club.
Tiempo después, "Miguelo" volvió a cruzarse en el camino del "Doctor" ya como parte del proceso de la Selección rumbo al Mundial de México 1986. Su figura aparecía incluso en el álbum de figuritas, pero una lesión inoportuna (un accidente doméstico que le afectó la rodilla derecha) lo dejó fuera de la convocatoria final. Aquel episodio no resquebrajó la relación; al contrario, la fortaleció.
“Me llamó para decirme, ‘me vas a entender cuando seas entrenador’. Fue un día durísimo. Era el cumpleaños de mi mujer, tenía la casa llena de gente… y él tuvo que darme esa noticia. Nunca lo juzgué. Fue una decisión correcta”, recordó Russo en una entrevista varios años más tarde.