El Monotributo es un impuesto simplificado para pequeños contribuyentes por el cual mediante una suma fija se paga el aporte jubilatorio, la obra social, el impuesto a las ganancias y el IVA. Su menor complejidad y costos respecto al régimen general hace que sea bastante aceptado y que la posibilidad de su modificación cause inquietud entre los trabajadores independientes que lo utilizan, define el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa). El debate acerca de la reforma impositiva puso en el tapete al Régimen. aunque el propio presidente Javier Milei negó que vaya a eliminarlo.
Entre las principales razones que hacen recomendable modificar el Monotributo sobresale la asimetría respecto a otros trabajadores, plantea Idesa, la entidad que dirige el economista Jorge Colina. Por caso, un asalariado debe pagar 11% de su ingreso para jubilación, 3% para obra social y 3% para PAMI, es decir, un 17% en total, más impuesto a las Ganancias si tiene alto ingreso.
A su vez, ejemplifica el instituto, un autónomo debe pagar una suma fija en función de la categoría -que llega hasta $ 258.000- para jubilación, entre 5% y 35% según el nivel de ingreso para impuestos a las ganancias, más 21% de IVA y no tiene cobertura de salud. Un monotributista, en cambio, paga sólo entre 5% y 8% de sus ingresos por todas sus obligaciones previsionales y tributarias y tienen cobertura de obra social.
“Una solución es crear un impuesto a los ingresos que absorba los aportes personales a seguridad social de los asalariados, el aporte personal y el impuesto a las ganancias de los autónomos y el Monotributo. Es decir, que todos los trabajadores -tanto asalariados como independientes- queden sujetos al mismo tributo”, apunta Idesa. El diseño del impuesto a los ingresos personales debe contemplar un mínimo no imponible y alícuotas progresivas que crezcan con el nivel de ingreso de la persona. Para preservar la simplicidad, considera la entidad, la liquidación del impuesto en el caso de los trabajadores independientes debería estar a cargo de ARCA en base a las facturas electrónicas que emite cada contribuyente. De esta forma, la presión impositiva sobre los ingresos sería igual para asalariados e independientes. Con respecto al IVA, habría que estipular un monto mínimo donde la adhesión sea voluntaria (para pequeños comerciantes y proveedores de servicios) y a partir de ese monto la adhesión sea obligatoria con liquidación automática también a cargo de ARCA en base a las facturas electrónicas.
En la reforma impositiva, ¿qué pasará con el Monotributo?El monotributo lleva 27 años operando en Argentina desde su creación en 1998 con la Ley 24.977. Para millones de pequeños contribuyentes, es la forma más visible de “pagar sus impuestos” y por eso se lo asocia con formalidad y cumplimiento, dice un diagnóstico de la Fundación Mediterránea. Sin embargo, detrás de esa percepción se esconde un régimen que aporta mucho menos de lo que la mayoría imagina, especialmente en materia previsional.
El componente impositivo se organiza en 11 categorías según ingresos brutos anuales (y en el caso de locaciones o prestaciones de servicios, en 8 tramos). Hoy los montos correspondientes arrancan en $ 4.183 mensuales para la categoría A y escalan hasta $ 306.724 en la categoría H, explican las economistas Laura Caullo y Guadalupe Galíndez.
Categorías inferiores
Los datos muestran que más del 80% de los inscriptos se concentra en las tres categorías inferiores, con escasas recategorizaciones y poca migración hacia el régimen general (Responsables Inscriptos). Esta dinámica derivó en fenómenos de subdeclaración y permanencia crónica en los tramos bajos, conocidos en la literatura como “enanismo fiscal”, con impacto directo en la base imponible de IVA y Ganancias.
Javier Milei, sobre las versiones de eliminación del monotributo: "Son operaciones y mentiras"Tras casi tres décadas de vigencia, la evidencia muestra que el Monotributo se consolidó como un régimen masivo (más de 2,1 millones de aportantes al SIPA), pero con una intensidad contributiva muy baja. La estructura de incentivos quedó desalineada y los efectos sobre la sustentabilidad del sistema previsional empiezan a ser evidentes.
En materia previsional, el aporte jubilatorio varía según la categoría. Desde agosto, va desde $ 13.663 mensuales en la categoría A hasta $4 3.129 en la H.
La magnitud del desajuste contributivo entre regímenes es contundente. Mientras que un trabajador en relación de dependencia aporta en promedio el 11% de su salario y un autónomo alrededor del 5%, un monotributista apenas aporta el 0,9% en términos equivalentes. Esta contribución casi simbólica explica por qué el monotributo genera trayectorias previsionales débiles y por qué quienes pasan buena parte de su vida laboral dentro de este esquema no logran acumular aportes suficientes para acceder a una jubilación mayor, completan las expertas.
Envejecimiento: baja participación de los jóvenes
Según Fundación Mediterránea, el Monotributo muestra un proceso de envejecimiento. La baja participación de jóvenes indica que la puerta de entrada al mercado laboral ya no es ese régimen, sino la informalidad. El grueso de los aportantes se concentra en el ciclo etario más productivo (30 a 49 años), que explica la mitad del total. Están en una etapa clave para acumular densidad de aportes previsionales, pero que lo hacen dentro de un esquema que, por su diseño, genera contribuciones muy bajas y prestaciones futuras subsidiadas.