Lionel Messi despidió con un mensaje profundamente emotivo a Omar Souto, el histórico gerente de Selecciones Nacionales y una figura clave en su llegada a la camiseta argentina. La muerte de Souto, a los 73 años, generó una enorme conmoción en el fútbol local y avivó el recuerdo de un hombre que, desde su rol silencioso, marcó a generaciones dentro del predio de Ezeiza.

El capitán de la Selección publicó sus palabras en Instagram, apenas horas después de otra noche brillante con Inter Miami. “Siempre estuviste presente y fuiste la persona que abrió el camino para que la AFA se fijara en mí”, escribió Messi, en una frase que resume el lugar central que tuvo Souto en su historia. Lo definió como “un ser humano enorme” y cerró con un mensaje que también quedó grabado en quienes compartieron tantos años con él: “Nunca te vamos a olvidar, Omar. Que descanses en paz”.

Las tres fotos que acompañaron el posteo (una en los festejos de la Copa del Mundo, otra en la Copa América y la tercera tras la Finalissima) reflejan un vínculo construido en confianza, afecto y presencia constante.

La influencia de Souto en la carrera del rosarino quedó documentada incluso en la biografía “Messi, el genio completo”, de Ariel Senosiain. Allí se reconstruye el día en que, por pedido de Hugo Tocalli y el aval de Julio Grondona, Souto salió del predio de Ezeiza decidido a encontrar al chico del que todos hablaban en España. Fue a un locutorio, pidió una guía telefónica de Rosario, llamó a la abuela, luego al tío y finalmente al padre. Le comunicó el interés de la AFA, aunque con un detalle que él mismo contaba entre risas: creyó que “Leo” era apodo de “Leonardo”.

Esa primera convocatoria a la Sub 20 fue el inicio de una relación que se sostuvo durante décadas. Souto estuvo en cada transición y en cada camada, y para muchos futbolistas fue una especie de segundo padre dentro de la Selección. Así lo expresaron también Julián Álvarez y Rodrigo De Paul, quienes lo despidieron con fotos y mensajes cargados de cariño. “Viejito, hoy nos toca despedirte, pero tu legado queda para siempre”, escribió De Paul junto a un video de una de las tantas bromas que solían hacerle en las concentraciones.

La AFA también lo homenajeó con un mensaje institucional en el que agradeció su “compromiso inigualable” y lo definió como un ejemplo para quienes crecieron en el predio que hoy lleva el nombre de Messi. Su figura trascendió lo administrativo. Souto era quien recibía, contenía, acompañaba y, muchas veces, aconsejaba. Su rol fue decisivo incluso para futbolistas que más tarde serían símbolos, como Emiliano Martínez, a quien motivó cuando todavía peleaba por un lugar en el Arsenal.

En el último tiempo, aun en medio de su enfermedad, Souto siguió visitando el predio. El año pasado emocionó a todos cuando llegó en silla de ruedas a un entrenamiento y recibió el abrazo inmediato de Lionel Scaloni, Pablo Aimar y Walter Samuel. Fue su manera de despedirse del lugar en el que pasó gran parte de su vida.

El posteo de Messi terminó de cristalizar lo que representaba para quienes lo conocieron: un hombre fundamental en la estructura de la Selección, pero también un vínculo afectivo que acompañó el recorrido de la Scaloneta y de generaciones anteriores.

Su huella, como escribió el capitán, queda para siempre.