Durante mucho tiempo, los juguetes fueron exclusivos de la infancia. Sin embargo, una tendencia creciente muestra que los adultos también compran, coleccionan y se emocionan con figuras que antes se destinaban solo a niños. Este fenómeno, conocido como “kidults” -una fusión entre kid (niño) y adult (adulto)-, ya impacta en el mercado de entretenimiento y consumo en Argentina.

Según datos de la industria global, los adultos representan más del 25% del gasto mundial en juguetes. En el país, la tendencia se consolida con un aumento en las compras de figuras coleccionables y productos vinculados a franquicias clásicas y nuevas series, tanto en comercios físicos como "on line".

"Los adultos de hoy crecieron con franquicias que marcaron su infancia, como Pokémon, Dragon Ball Z, Tortugas Ninja o One Piece, y ahora las redescubren con nostalgia, diseño y tecnología. El juguete dejó de ser solo un objeto infantil: hoy es un vehículo emocional, una pieza de diseño o incluso una inversión", comenta Cristina Caffaro, marketing manager de la empresa Vulcanita.

Por qué los adultos vuelven a jugar

El fenómeno kidult se sostiene sobre tres pilares: la nostalgia, el bienestar emocional y los nuevos patrones de consumo.

Nostalgia: los adultos buscan reconectar con objetos que marcaron su infancia, generando un vínculo emocional que actúa como refugio en contextos de incertidumbre.

Bienestar emocional: los juguetes físicos ofrecen una pausa analógica en un mundo hiperconectado, promoviendo creatividad, concentración y reducción del estrés.

Consumo consciente: los adultos entre 25 y 45 años, con poder adquisitivo y hábitos digitales, eligen productos que combinan diseño, identidad y valor simbólico.

De esta manera, las figuras, maquetas y ediciones limitadas funcionan como objetos de disfrute personal y como recordatorios de la infancia, al mismo tiempo que reflejan la personalidad y los gustos de quien los adquiere.

La dimensión económica del coleccionismo

En Argentina, los adultos de clase media y media alta destinan parte de su presupuesto a experiencias emocionales a través de los juguetes. Según relevamientos internos, el ticket promedio de compra de un adulto coleccionista suele situarse entre $25.000 y $60.000 por operación, pudiendo superar los $100.000 en el caso de piezas premium o ediciones limitadas.

Las redes sociales, los canales de streaming y las ferias de cultura geek se convirtieron en espacios de encuentro y exhibición, donde los adultos comparten colecciones, intercambian experiencias y descubren nuevos productos.

Una tendencia consolidada

El auge de los kidults redefine la relación de los adultos con los juguetes: ya no son solo objetos de entretenimiento infantil, sino vehículos de nostalgia, identidad y bienestar emocional. Las ediciones limitadas y los coleccionables se han transformado en una opción de consumo que combina disfrute, inversión simbólica y conexión con la cultura pop.

En las vitrinas argentinas de 2025, los juguetes para adultos conviven con productos infantiles, demostrando que el juego no se termina con la infancia: solo cambia de forma.