Después de varios días de análisis y tras recibir el descargo formal del club, la AFA finalmente comunicó las sanciones derivadas del polémico “pasillo de espaldas” que Estudiantes realizó ante Rosario Central, en rechazo a la decisión de consagrar campeón al equipo rosarino por acumulación de puntos anuales. La resolución del Tribunal de Disciplina confirmó un castigo fuerte para Juan Sebastián Verón y sanciones para un grupo de futbolistas, aunque estas últimas comenzarán a regir recién en 2026.

La pena más dura para Verón

El Tribunal entendió que la decisión de incumplir el protocolo no fue espontánea ni individual. En el propio descargo del club quedó asentado que la orden provino directamente del presidente. Por eso, los fundamentos del fallo remarcan que fue la “máxima autoridad institucional” quien dio la instrucción que derivó en la conducta sancionada.

En consecuencia, Verón recibió seis meses de suspensión para ejercer cualquier actividad vinculada al fútbol, aplicando el artículo 12 del Código Disciplinario. Será, sin dudas, una de las sanciones más resonantes de los últimos años para un dirigente argentino.

Los jugadores, suspendidos en 2026

El informe arbitral incluyó los nombres de los futbolistas que participaron del gesto, quienes deberán cumplir dos fechas de suspensión. La penalidad, de todos modos, no afectará su presente inmediato: recién comenzará a correr en la temporada 2026, por lo que no incidirá en los playoffs del Clausura 2025.

Los sancionados son: Fernando Muslera, Agustín Gómez, Santiago Núñez, Tiago Palacios, Facundo Farías, Leandro González Pírez, Santiago Arzamendia, Edwuin Cetré, Lucas Piovi, Cristian Medina y Mikel Amondarain.
Además, Núñez, por su condición de capitán, no podrá portar la cinta durante los próximos tres meses de actividad oficial del club en 2026.

La multa económica

La resolución también establece una sanción económica para Estudiantes, que deberá abonar el equivalente al valor de 4.000 entradas.

Con el fallo ya publicado, el caso del pasillo queda cerrado en lo disciplinario, aunque su impacto político y simbólico sigue generando debate dentro del fútbol argentino.