La legisladora Lucía Lorena Klug, de Unión por la Patria, presentó un proyecto que llamó la atención del sector productivo. Aunque fue recientemente rechazada por el Gobierno Nacional, la propuesta promovía un impuesto a los gases de metano producido por las vacas.
Dónde está el buque Spiridon II con las 2.900 vacas uruguayas varadas en el marLa legisladora terminará su mandato la próxima semana y probablemente esta sea una de sus últimas iniciativas. Según el esquema propuesto por Klug, productores ganaderos deberían pagar en función de los kilos de dióxido de carbono equivalente (CO2e) emitidos por sus animales, considerando la cantidad de cabezas de ganado.
¿Quién es Lucía Klug, la legisladora que propuso un impuesto para el gas metano que producen las vacas?
Klug hizo sus primeros pasos políticos en el movimiento Patria Grande, se define como “militante popular y feminista”, y estudió el profesorado de Historia en la Universidad Nacional de Luján (UNLU). En la misma universidad fue consejera superior en representación del estudiantado hasta que fue electa como diputada.
En la Cámara baja, donde representa a la segunda sección electoral por el distrito de Exaltación de la Cruz, ocupa el cargo de Secretaria en la Comisión de Juventud y el de vicepresidente en la de Asuntos Cooperativos y Vivienda. Además, participa como vocal en las comisiones de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Derechos Humanos, Educación, Género y Diversidad, y Tierras y Organización territorial.
Sobre el proyecto del impuesto al gas metano de las vacas
“Créase la Tasa Ambiental sobre el Metano en Buenos Aires (Tamba) en función de mitigar la emisión de gas metano y hacer factible a largo plazo su actividad económica, sobre la base del principio de Responsabilidad Extendida del Productor para el sector ganadero. La creación de un fondo fiduciario, tal como se establece en esta ley, busca compensar el metano emitido por la ganadería con la reducción de este mismo gas se logra mediante una gestión adecuada de los residuos sólidos urbanos, en concordancia con el Artículo 5°, punto 13 de la Ley N° 13.592 (GIRSU)”, establece en el primer artículo el proyecto de Klug.
Los fundamentos que explicó son "surge de la imperiosa necesidad de enfrentar los desafíos del cambio climático y sus efectos, particularmente en lo que respecta a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI)”. Al igual que desde el Gobierno, el sector agropecuario respondió de manera inmediata y muy crítica. La Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP) calificó la medida como un “impuesto encubierto al trabajo rural”, advirtiendo que “cobrar por respirar a las vacas no reduce emisiones, reduce producción, competitividad y empleo", según indica el medio Ámbito.