El recientemente reelecto presidente de la Federación Económica de Tucumán, Héctor Viñuales, ofreció en LG Play un crítico panorama sobre la situación económica del comercio, la industria, la gastronomía y el turismo en la provincia. Calificó de inquietante a la situación y pronosticó que el cierre del año será difícil.
Viñuales señaló que, durante todo el año, los indicadores del sector han sido negativos. “Todos los números son de caída”. Afirmó que los empresarios, tanto del comercio como de la industria, se enfrentaron a descensos en ocupación y ventas, y que esto fue una constante “desde febrero o abril, aunque diría que eso se dio todo el año”.
Sin embargo, mencionó un dato alentador: “En el último mes, desde el 15 de noviembre hasta hoy, se nota una recuperación en el nivel de actividad”. Pero aclaró que no alcanza para revertir el deterioro acumulado, porque la problemática central del sector es otra: la pérdida de rentabilidad.
Generación de margen
El directivo remarcó que el principal dolor de cabeza del sector no es sólo vender menos, sino la imposibilidad de generar margen: “Hay una gran pérdida de rentabilidad. Se achicaron mucho los márgenes. El comercio llega muy golpeado al cierre de año”, afirmó.
Héctor Viñuales es reelecto en Federación Económica de TucumánExplicó que los comercios, las pymes y hasta los fabricantes han pasado el año dedicándose únicamente a cubrir gastos que se multiplican sin pausa. “Tengo que cubrir la tarjeta, tengo que cubrir al proveedor, tengo que pagar los alquileres, pagar la luz que vuelve a aumentar, pagar la mercadería, pagar los sueldos, pagar los impuestos, porque, sino, te embargan”. En este punto, fue especialmente crítico sobre el accionar fiscal: “Desde un mes antes de las elecciones, ARCA estuvo embargando a las empresas, a las pymes”.
Para compensar la falta de liquidez, Viñuales explicó que el comercio se vio obligado a realizar promociones agresivas: “Vas a ver 30% de descuento, 3x1, 2x1, 3x2… es la necesidad urgente de hacerse de efectivo. ¿Para qué? Para afrontar los gastos”.
Héctor Viñuales: “El rumbo es bajar el déficit fiscal y la inflación”Del otro lado, el consumidor también atraviesa dificultades: “La gente compra con mucho cuidado… lo primero que hace es bajar el nivel de deuda o cubrir los mínimos de las tarjetas para que le vuelvan a habilitar el crédito”. Incluso citó estudios que indican que hoy, el uso de la tarjeta se destina principalmente a productos básicos: “El primer destino de la compra con tarjeta hoy son los supermercados… es comestible. Después farmacia”.
Esto, según Viñuales, representa un cambio marcado respecto de años anteriores: “Hace cinco, cuatro, tres años, había otra línea de consumo. Esto cambió completamente”.
Rumbo macroeconómico
Viñuales fue claro con respecto a que la FET no critica el rumbo macroeconómico general. “Estamos totalmente de acuerdo con que el Estado no tiene que gastar más de lo que le ingresa. La macro tiene que estar bien”, dijo. Pero advirtió: “No vas a terminar de estar bien si la sumatoria de las micros tampoco está bien”. También resaltó que todo el año estuvo condicionado por la política: “Todo este año mandó la política. Mandó cómo hacemos para que los decretos del gobierno no los volteen en el Congreso”. Esa incertidumbre, afirmó, le impide al sector planificar, invertir y formalizar empleo.
Viñuales también hizo referencia a la reforma laboral que se está gestando. Contó que distintos borradores circulan en Buenos Aires y que la FET participa en mesas de análisis. “Hemos tenido en la Comisión de Trabajo Laboral el borrador que pareciera ser la reforma, afirmó. Y, aunque reconoció que hay aspectos en los que están “totalmente de acuerdo”, como la modernización del sistema y el pago por productividad, también señaló problemas de fondo. “Es bueno que el empleado que vende más gane más” dijo. Pero aclaró por qué hoy eso es riesgoso: “Un mes vendió un monto enorme y después tenés que pagar aguinaldo sobre esa mayor remuneración. Todo termina computando para el futuro”.
Otra inquietud clave es el régimen indemnizatorio. Viñuales defendió la idea de establecer topes: “Es bueno poner un tope. No puede ser que un empleado termine en 200 y tantos millones, como salió en el caso Piegari” (N. de la R: se refiere al caso del dueño de un restaurante porteño que dice que corre riesgo de cerrar porque la Justicia lo obliga a pagar $ 250 millones por un empleado despedido en el arranque de la pandemia, en 2020). Viñuales explicó el motivo real del descontrol de cifras: “No tengas duda: un porcentaje importante de ese monto se lo lleva un estudio jurídico. No es que lo reciba el empleado. Pagás 10 millones y de honorarios pagás seis. Una cosa de locos”.
Intentos de los 90
Viñuales recordó además que en los años 90 ya hubo intentos de reducir contribuciones sociales para promover formalidad, pero luego todo volvió atrás. “Bajamos contribuciones sociales… pasaron dos años y volvieron a subir”, afirmó. Por eso planteó una preocupación de fondo, en forma de pregunta: “¿Cómo se garantiza que esta reforma no vuelva para atrás?”
Al respecto, su propuesta es avanzar hacia un acuerdo nacional. “Tiene que ser un pacto entre todos los partidos, algo tipo Pacto de la Moncloa. El país necesita normalidad y formalidad.”
Al final de la entrevista en LG Play, Viñuales volvió a enfatizar la gravedad del momento económico. Dijo que, a pesar del pequeño repunte reciente en la actividad, las empresas llegan muy debilitadas. “Los comercios están achicados, sin rentabilidad y llenos de obligaciones”. En ese aspecto mencionó el aguinaldo, las subas de tarifas, los impuestos, los alquileres y los gastos financieros. Todo esto configura un escenario en el que la mayoría de las pymes sólo intenta llegar a cumplir. Y cerró con una frase contundente: “Este año que estamos pasadno fue de supervivencia”.