Analizando la repercusión del caso del crimen del juez Héctor Agustín Aráoz sostengo que conmociona a la opinión pública en tanto asesinan a un juez de Menores, cuya investidura es considerada una figura representativa de nuestra sociedad, en la cual, además, se encuentra involucrada una joven mujer policía.
Con una mirada sociológica, para Jürgen Habermas (Madrid, 1986), "la sociedad puede ser comprendida si se analizan los procesos comunicativos que en ella se efectúan... Acciones mediadas simbólicamente y que él denomina acciones comunicativas orientadas a la constitución intersubjetiva del mundo de la que vida...."
Lo que convoca a una reflexión es: ¿se confirma el aumento de la violencia en nuestra sociedad, siendo que los últimos informes revelan que en el 87% de los casos el atacante es un hombre?; ¿será por ello que nos conmueve que ahora se vea involucrada una mujer? Una mujer que estudió, que se formó, que es madre. En el juicio veremos y escucharemos su destreza argumentativa.
En el homicidio, aunque no se quiera, hay género. Es el hombre el que mayormente comete estos delitos. En este caso la acusada es una mujer, joven, que además pertenece a una institución como la Policía. Eso es lo que más conmueve si uno lo analiza. Y sobre todo si hablamos de que es un auxiliar de la Justicia de un juez de Menores. Son ámbitos e instituciones que protegen nuestros derechos, nuestras vidas, nuestros bienes, nuestro desarrollo como comunidad. Justamente en ese ámbito es donde se desarrolla este hecho. Todos esos condimentos inciden en que nos conmueva como sociedad.