Sereno y con un tono pausado, trató de contestar con precisión cada una de las preguntas que la fiscala de Cámara Juana Prieto de Sólimo le realizó. Agustín Aráoz Terán, el hijo mayor del juez Héctor Agustín Aráoz, fue el último de los familiares del juez que lo vio con vida.
El día del crimen lo acompañó hasta un supermercado para comprar la carne para el asado familiar que realizaban todos los domingos. Luego, acomodaron la mercadería en la casa de avenida Aconquija 2.950. Cerca de las 15 el joven se fue a su domicilio.
El joven fue el encargado de atar al perro dogo. "Intenté llevarlo hasta el lavadero, para encerrarlo allí, pero estaba muy excitado. Por eso tuve que esperar a que me alcanzaran una soga", comentó.
Al único de los policías que reconoció fue a Andrés Fabersani. "El se acercó y me dijo que Ema Gómez lo había buscado, ya que recibió un llamado donde le decían que su novio estaba muerto. Y agregó que creía que ella lo había matado", explicó.
Luego, el hijo del juez negó haberse acercado a la camioneta y charlar con Gómez apenas llegó al lugar. "Me acerqué una hora más tarde. Me llamaba la atención como estaba esa señora. Le pregunté qué sabía, pero ella sólo lloraba y tartamudeaba", dijo.
El día del crimen lo acompañó hasta un supermercado para comprar la carne para el asado familiar que realizaban todos los domingos. Luego, acomodaron la mercadería en la casa de avenida Aconquija 2.950. Cerca de las 15 el joven se fue a su domicilio.
El joven fue el encargado de atar al perro dogo. "Intenté llevarlo hasta el lavadero, para encerrarlo allí, pero estaba muy excitado. Por eso tuve que esperar a que me alcanzaran una soga", comentó.
Al único de los policías que reconoció fue a Andrés Fabersani. "El se acercó y me dijo que Ema Gómez lo había buscado, ya que recibió un llamado donde le decían que su novio estaba muerto. Y agregó que creía que ella lo había matado", explicó.
Luego, el hijo del juez negó haberse acercado a la camioneta y charlar con Gómez apenas llegó al lugar. "Me acerqué una hora más tarde. Me llamaba la atención como estaba esa señora. Le pregunté qué sabía, pero ella sólo lloraba y tartamudeaba", dijo.