Aunque el terremoto ocurrió a más de 20.000 kilómetros de Tucumán, la angustia de Alejandra Nieva de Carrizo se percibía en su voz temblorosa. "Mi marido está varado en Japón. Llamó hace un rato y por suerte dijo que está bien, aunque no sabe cuándo volverá. No tiene en qué llegar al aeropuerto y todos los vuelos están cancelados", dijo a LA GACETA la esposa de Franco Carrizo, un tucumano que vivió el terremoto en carne propia.
La mujer informó que su esposo trabaja para la firma Arcor y viajó hace una semana a Kioto (a 513 kilómetros de Tokio), junto a un compañero y a ocho colegas de todo el país. "Mi suegra lo atendió cuando él llamó. Le contó que el terremoto fue fortísimo y que se asustaron muchísimo. Por suerte están todos bien. Ellos tenían vuelo para hoy", relató Nieva, muy nerviosa por la situación. "Entré a internet a ver bien qué pasaba. Ya no quiero seguir viendo, es insoportable lo que se ve, da mucho miedo", concluyó. LA GACETA ©