"Este es un caso alevoso de falso testimonio", dijo el querellante Dante Ibáñez, y solicitó la inmediata detención de Adrián Villagra. Los pedidos de las distintas partes para que se inicie una causa contra diversos testigos, señalados como mentirosos, se multiplican día a día en el juicio en el que se investiga el asesinato del juez Héctor Agustín Aráoz.
Hasta ayer, unas 50 personas desfilaron ante el tribunal. Y al menos 10 de ellos escucharon de boca de los defensores, de los abogados de la querella, o de la fiscala Juana Prieto de Sólimo las palabras "falso testimonio".
"El Código Procesal Penal establece que si durante la audiencia se constata la comisión de un delito, se debe proceder a la detención e iniciar una causa. En qué momento se produce en el caso de un falso testimonio, depende de la apreciación del tribunal", explicó el docente de Derecho Penal de la Universidad Nacional de Tucumán, Carlos Caramuti.
El abogado manifestó que los tribunales suelen ser cuidadosos en esta resolución, ya que puede considerarse que están adelantando una valoración sobre el fondo de lo que se investiga. "El tribunal tiene que mantenerse imparcial durante el desarrollo del debate para no generar suspicacias o sospechas en las partes", comentó Caramuti.
Así, tiene que ser muy evidente para que se tome una decisión durante el desarrollo del debate, antes de la decisión final. "Los jueces van incorporando la prueba testimonial, y después hacen una valoración integral en la deliberación. Ahí surge con mayor claridad si hay un falso testimonio", afirmó.
Sin embargo, ese falso testimonio es presunto. Los camaristas, en su resolución, envían el pedido de investigación a un fiscal de Instrucción. "Se inicia una causa. Si hay pruebas suficientes y se demuestra que hay dolo evidente, irán a juicio. Pero el tribunal no los puede condenar", precisó Caramuti.
Según expertos, muchos letrados realizan estos planteos durante un juicio como estrategia procesal.