TOKIO.- Francia pidió nuevas reglas globales sobre energía nuclear, en momentos en que la crisis atómica en Japón entró en su tercera semana con radiación expandiéndose desde su accidentada planta y con pocas esperanzas de una rápida solución. En tanto, 1.000 cadáveres aún no pudieron ser enterrados en las inmediaciones de la planta nuclear de Fukushima debido al riesgo de radiación.
Los cuerpos que se encuentran en los 20 km de la zona de evacuación que rodea Fukushima estuvieron expuestos a una gran radiación y se teme que los equipos de rescate, médicos y familiares puedan sufrir una radiación excesiva durante la recuperación de esos cadáveres.
Para el caso de fueran incinerados, partículas radiactivas podrían quedar flotando en el aire. Y si son enterrados, la contaminación podría pasar al suelo. Ahora se está planteando la posibilidad de descontaminar los cadáveres en vehículos especiales y entonces sepultarlos.
Proverbio
En tanto, el presidente Nicolas Sarkozy, cuya nación es la más dependiente de la energía nuclear del mundo, realizó una rápida visita a Tokio para mostrar su apoyo y proponer una conferencia global en Francia en mayo para fijar nuevos reglamentos atómicos internacionales. "Debemos mirar esto fríamente para que este tipo de catástrofe nunca vuelva a ocurrir", señaló Sarkozy, que preside el Grupo de los 20, desde Japón.
Fue la primera visita de un líder extranjero desde el terremoto y el tsunami que sacudió el norte del país el 11 de marzo, lo que causó 28.000 personas muertas y desaparecidas y daños que podrían llegar hasta U$S 300.000 millones.
El primer ministro Naoto Kan, bajo enorme presión ante la peor crisis desde la II Guerra Mundial, apreció el gesto de solidaridad. "Le dije un proverbio japonés: ?Un amigo que viene en un día lluvioso es un verdadero amigo? y le agradecí desde el corazón que viniera a Japón", dijo.
El presidente Sarkozy defendió el uso de la energía nuclear como un importante instrumento para reducir las emisiones de CO2 y luchar contra el cambio climático. (DPA)