El doctor Onofre J. Herrera actuó en la medicina de Tucumán durante la primera mitad del siglo que pasó. Lo singularizó la curiosa propaganda que daba a su "Instituto Versalles", que instaló en la importante casa de Las Heras (hoy San Martín) 218, pegada a la Comisaría Primera.
Costeaba enormes avisos en los diarios, publicitando al Versalles como "el consultorio médico más completo del norte". Los ilustraba con facsímiles de sus diplomas. En la década del 20, incluían la fotografía de un avión, y una leyenda que aseguraba "Volaré a donde me llamen".
No podía negarse que Herrera tenía una nada común formación profesional. Nacido en El Remate en 1885, se graduó de médico en 1905, en la Universidad de Buenos Aires. Ejerció unos años en Tucumán, y en 1914 viajó a perfeccionarse a París. Allí realizó toda la carrera de nuevo, en medio de las dificultades de la I Guerra Mundial. Se doctoró en la Sorbona en 1920, con la tesis "Consideraciones sobre las autopsias médico-legales".
No paró allí su especialización. De acuerdo a los certificados, obtuvo también diplomas de médico legista y de médico obstetra, y cumplió especializaciones en piel, en otorrinolaringología y en medicina psiquiátrica. Trabajó asimismo en el Instituto del Radium, que dirigía Marie Curie.
En 1922 volvió a Tucumán, donde ejerció hasta su fallecimiento, en 1956. En un aviso de 1939, expresaba que no quería ser confundido "con un médico o profesor cualquiera que ha hecho turismo por Europa visitando apresuradamente los hospitales". En su caso, lo respaldaban "ocho años de estudios teóricos y prácticos realizados en los hospitales de la capital francesa" y comprobables por los certificados.