María Belén Aguirre es escritora. La apasiona la literatura y ha asumido como militancia acercársela a quienes, por los motivos que sea, no pueden acceder a los libros. Así nació la Biblioteca Parlante Haroldo Conti.

Un día Belén conoció a Mauricio Morales, que se había quedado ciego a los 10 años. Le leía para ayudarlo en la Facultad... pero los unía el amor por la literatura, y entonces ella le leía "de todo". "Vivíamos lejos -cuenta Belén sacando millones de detalles del fondo de su inagotable memoria- y muchas veces le leía por teléfono. Teníamos una cita ineludible: todas las siestas, a las 14, avanzábamos con las ?Mil y una noches?. A veces me parecía que no terminaría nunca y me entró una especie de angustia de infinito... ?Mauri? reemplazó un día los viejos casetes TDK por una grabadora digital. Se la pedí y empecé a grabar el libro".

Poco después, cuenta, tomó conciencia de que tenía más amigos ciegos; se le ocurrió generalizar la experiencia... y hemos vuelto al principio de esta crónica. Nació la Biblioteca Parlante Haroldo Conti y encontró refugio en el espacio simbólico de la Biblioteca Crisálida, de género, diversidad afectiva sexual y derechos humanos.

"Gustavo Díaz Fernández, fundador de Crisálida, se enganchó rápido con la idea y armamos el proyecto. Nos cedieron su espacio durante un año. Allí todas las semanas leíamos, especialmente autores argentinos, en voz alta. Para ello, Fernando Ríos Kissner nos prestó El árbol de Galeano y Plaza de Almas. El objetivo, además de la integración, era (y sigue siendo) fomentar la lectura y ?democratizar? el acceso a bienes de cultura. Estamos convencidos de que la igualdad debe ser garantizada, por eso nuestra premisa es la gratuidad absoluta de las actividades. Si cobráramos, estaríamos imponiendo nuevas barreras. Empezamos el 11 de marzo del año pasado. Leímos el ?Poema de los dones?, de Borges, y el cuento "Catedral", de Raymond Carver".

El por qué de las fotos

"El primer día me sumé al proyecto", toma la posta Daniel Burgos, fotógrafo. Puede parecer paradójico que una biblioteca parlante tenga entre sus más íntimos colaboradores alguien que trabaja con la imagen. Pero todo tiene su lógica. Porque apenas nacido el proyecto, comenzó a modificarse.

"Es cierto que nuestros destinatarios originales eran no videntes. Pero pronto nos dimos cuenta de que mucha gente no puede acceder a la literatura de modo convencional: porque sufre impedimentos motrices, está hospitalizada... o simplemente no puede pagar un libro. Facebook nos permitió darnos a conocer. Y allí hemos compartido una enorme cantidad de literatura acompañada con fotos, muchas de ellas muy poco conocidas, de los autores. Además, pensamos en la gran cantidad de escritores locales que no tienen chance de publicar sus obras. Así surgió el ciclo ?Biblioteca de autor?", explica.

Belén retoma la voz cantante. "Ese ciclo, que llevamos adelante los miércoles y que es posible porque Eugenio Vallvé nos presta su Rayuela Restobar, de Chacabuco 540, nos ha permitido difundir textos de muchos tucumanos", dice. Se capta la dimensión de la cuestión si se piensa que ?La Biblio? tiene más de 4.900 amigos en Facebook.

"Estamos armando un archivo de la literatura local que en un par de generaciones será único. Y en ello el trabajo de Daniel es fundamental. Porque el suyo es un modo particular de fotografiar: él desaparece de la escena; su presencia nunca interfiere. No se trata de ?fotografiar el zoo?, sino de registrar las actividades de la biblioteca, que no se agotan en esto. Y aquí es donde aparece Sylvia", dice y deja la posta.

"Soy bailarina contemporánea y amo la literatura..., empieza a contar Sylvia Seu, y Belén añade con alegría: "¡y la conocí bailando poesía! Sylvia ríe y cuenta: "era un fragmento de ?Viejo final de partida?, de Beckett, leído por Alfredo Alcón.. No había música; sólo un sonido minimalista para crear el clima. La idea era bailar el texto". Respecto de ?La Biblio" añade: "Belén me propuso darle mi voz a Clarice Lispector (escritora brasileña de origen ucraniano) y me entusiasmé. Fuimos armando otros proyectos culturales, como los ?Cumbia, nena...?, que fusionan literatura culta y popular. Participan músicos, bailarines, poetas, artistas plásticos en espacios no convencionales, como el Mercado del Norte, la Vieja Terminal..."

Lo que viene

El tiempo se escurre y va siendo necesaria la síntesis. "La ?Biblio? es para nosotros un modo de vida. Nos organiza, nos une, nos impulsa, nos congrega, nos encuentra", define Belén. Mientras, los proyectos se multiplican (en el sentido bíblico del "creced y multiplicaos"). El 19 de este mes habrá un nuevo "Tendedero literario", esta vez en la plaza Alberdi.

Seguirán los ciclos de los miércoles de la Biblioteca de Autor, y los encuentros "Escritores x escritores", en los que autores del NOA dan voz a sus escritores favoritos. Además acaban de terminar una antología multigénero en formato audiolibro que incluye textos inéditos de 20 escritores del NOA de entre 20 y 60 años. Saldrá a la luz en diciembre. Estos esfuerzos por sembrar cultura para todos empiezan a ser reconocidos públicamente: el año pasado la Biblioteca Parlante Haroldo Conti recibió el premio Peras de Olmo 2010, un incentivo por su hacer cultural instituido por la artista plástica Graciela Ovejero Postigo. Y anoche le entregaron el premio Iris Marga por su aporte a la cultura.

Hace falta ayuda

La "Biblio" sigue y seguirá creciendo, "desparramando" literatura por el mundo, sosteniendo a capa y espada su premisa de que la cultura debe ser democratizada. Y lo seguirá haciendo como hasta ahora: en forma gratuita y sostenida con el aporte de sus miembros y de quienes quieran sumarse a la apuesta.

POEMA DE LOS DONES
Jorge L. Borges (fragmento)

Nadie rebaje a lágrima o reproche esta declaración de la maestría de Dios, que con magnífica ironía me dio a la vez los libros y la noche.

De esta ciudad de libros hizo dueños a unos ojos sin luz, que sólo pueden leer en las bibliotecas de los sueños los insensatos párrafos que ceden

las albas a su afán. En vano el día les prodiga sus libros infinitos, arduos como los arduos manuscritos que perecieron en Alejandría.

De hambre y de sed (narra una historia griega) muere un rey entre fuentes y jardines; yo fatigo sin rumbo los confines de esta alta y honda biblioteca ciega.