El 21 de diciembre de 2012 se cierra el período 13 del calendario maya, una fecha en torno a la cual los adeptos al esoterismo han tejido las más diversas hipótesis: el fin del planeta, la invasión de extarrestres y hasta la paz mundial gracias a Barack Obama como reencarnación de un farón egipcio.

Estas elucubraciones no le causan mucha gracia a Nikolai Grube, catedrático de Historia Antigua de América y Etnología de la Universidad de Bonn (Alemania). Grube tiene planes para más allá del 21 de diciembre.

"Para los mayas, el 21 de diciembre no acaba el tiempo, sino que sigue su curso", afirma el especialista en el marco de un congreso de Mesoamericanística, la ciencia de las altas culturas de Centroamérica. Durante tres días los expertos debatirán nuevas interpretaciones de los calendarios y de la noción de tiempo de los mayas.

Grube compara la situación actual con los miedos que despertó el cambio de milenio el 1 de enero de 2000: "mucha gente creía que se venía el fin del universo. Pero era sólo el final de un período al que le sigue otro". Muy similar es la situación del ciclo de 400 años de los mayas que llega a término el 21 de diciembre, remarca.

Aún cuando esta visión científica predomine en el congreso de Bonn, en otras partes se cultiva con éxito -y ganancias- la imagen catastrofista. Libros seudocientíficos, paquetes de supervivencia o la película apocalíptica de Hollywood "2012" son algunos ejemplos.

El catedrático e investigador atribuye esta fiebre a las crisis sociales y la inseguridad imperante. "De repente aparece gente que se autoproclama profeta y que quiere compartir sus revelaciones secretas. Y, naturalmente, ganar dinero", apunta. Agrega que Internet facilita la propagación de ideas oscurantistas.

Hasta la NASA se ocupa del tema. Bajo el título "El principio del fin" o "Por qué el mundo no va a desaparecer", la agencia espacial de Estados Unidos explica en su página web que en 2012 no pasará nada malo en la Tierra. "Nuestro planeta anduvo bien durante 4.000 millones de años y científicos fiables no constatan ninguna amenaza para este año", enfatizó.

¿Y qué piensan los descendientes de aquellos mayas que grabaron en piedra sus calendarios? En una charla ofrecida en Bonn, el experto Lars Frühsorge (Universidad de Hamburgo) señala que la población maya comenzó a interesarse por la fecha con la llegada del turismo esotérico. El especialista calificó de excepcional la forma en que los mayas han conseguido sacar provecho de esta violación de su cultura a través de seminarios, cursos y eventos.

Grube quiere aprovechar la ocasión para despertar el interés en la cultura maya más allá de la astronomía. "Esta cultura es mucho mayor e interesante y no puede ser reducida a esta fecha", argumentó.

"No le puedo decir si el mundo acabará el 21 de diciembre porque no soy profeta -ironizó-. Pero le puedo decir que el calendario maya no da lugar a esta suposición".