"Entre los sabios orientales (árabes, indios, japoneses y chinos) era frecuente que los maestros emplearan cuentos para impartir a sus discípulos las enseñanzas morales y las prácticas para llevar una vida ejemplar", afirma Diego Escaño, terapeuta integral que se dedicó a estudiar las filosofías orientales desde hace más de 10 años, y que propone reactualizar esa metodología.
Escaño destacó que los primeros cuentos árabes datan de hace más de 4.000 años y se encuentran impresos en rollos de papiro. En ellos se hacía mención, por primera vez, a las hadas, que según la tradición se presentan cuando nacía un niño para entregarle obsequios y señalarle el camino de la dicha o de la desgracia.
Cortos
Asimismo, los cuentos de la tradición espiritual china e india se destacan porque son relatos cortos que permiten llegar a comprensiones profundas. "Se distinguen dos formas de mostrar la enseñanza sobre el camino que hay que seguir o sobre la interpretación de algo trascendente", afirma Escaño.
Una de ellas es la pregunta directa al maestro, que con su respuesta sorprende y a la vez invita a la reflexión. La otra forma usada es envolver la enseñanza con una historia, con una circunstancia que da pie para que el maestro ofrezca una visión más clara sobre los problemas. Esto último se ve con mucha frecuencia entre los cuentos de origen indio.
"Estas historias resultan muy apropiadas para comunicar conceptos, valores, principios o ideales, y creo que siguen teniendo tanta vigencia como antes, especialmente en un momento histórico en que reina la confusión y la falta de referencias claras, y en las que hay una creciente necesidad de alimentar lo espiritual, sin distinción de credos", agregó el terapeuta.