Dicen que en una de sus habitaciones murió el obispo Colombres, a cuya familia perteneció la casona de 24 de Septiembre al 500. Es la sede del Museo Folclórico General Manuel Belgrano, que atesora la artesanía popular y folclórica de Tucumán y del NOA. Su arquitectura poscolonial, salvo por algunas modificaciones en el interior y en la fachada, conserva intacto el espíritu de 1745 (es una de las casas más viejas del microcentro). Allá por 1920, fue Museo Policial, pero duró sólo seis meses. En 1943 la Provincia funda allí el Museo Folclórico. "Desde entonces pasó por muchos avatares (incluso la querían tirar y hacer la entrada de los autos para la Casa de Gobierno). Pasaron centurias, la casa se fue transformando. Esas resignificaciones son cicatrices del tiempo que se ven en sus paredes desnudas, a través de diferentes materiales, técnicas constructivas, y también en los espacios", explica el encargado del museo, Carlos Piñero. Existe un proyecto rector de intervención en la casona desde 2008. Se hicieron excavaciones arqueológicas para detectar rasgos iniciales de la arquitectura y para poder detectar las distintas capas de paredes.

"Llegamos al piso original. Encontramos un dispositivo de ladrillos que sale a la vía pública, probable primer desagüe. Descubrimos que las aberturas fueron reducidas. Cuando quedó la mitad de la propiedad (eran dos casas-espejo) hubo que refuncionalizar. Sí se sabe que el muro de fachada, por una cuestión de coherencia en el diseño urbano, es el original. Y hacia adentro de la casa también hay rasgos arquitectónicos originales", detalla. La parte de atrás de la casa la ocupan los baños y la zona que no recorre el público: al flamante Laboratorio sólo le faltan detalles de acondicionamiento. Detrás, muy protegida, está un Área de cuarentena, donde se guardan los objetos que tienen patologías. Allí permanecen incontaminados. Contigua a esta es la Sala de Reserva Patrimonial, donde se guardan los objetos que no están en exhibición. Están almacenados en condiciones de preservar su estado de conservación. "Todo de acuerdo al Código Deontológico Internacional -acota el museólogo- que estipula las condiciones básicas que debe reunir un museo para ser considerado como tal".