"A nosotros nos interesa del centro de estudiantes, el compromiso que tenga para con la escuela, para con nuestros intereses y necesidades, no a qué partido pertenecen sus miembros", dijo Rosario Lizárraga, alumna de 5° de la Escuela de Comercio N° 1. "No tiene nada que ver la ideología partidaria de los que integran el centro; es más, casi ninguno milita en algún partido; el centro de estudiantes es heterogéneo, ahí lo que importa es tu trabajo y dedicación hacia los problemas de los compañeros y de la escuela", sostuvo. Así piensa la joven dirigente que integra una de las secretarías del centro estudiantil, y participará en una de las listas en las elecciones que se harán este mes. En ese establecimiento, los mandatos duran un año.
Rosario explicó que su escuela trabaja desde principios de año en un proyecto de centros de estudiantes para escuelas secundarias, dirigido por la docente de Etica y Ciudadanía, Graciela Cortés. Por ello se lamentó que haya cuatro proyectos presentados en la Legislatura sin que los estudiantes hayan participado del debate. En ese sentido adelantó que en las próximas semanas se hará una jornada para que cada escuela con y sin centros de estudiantes, participen.
Su postura es compartida por muchos, pero no por todos. Chicos de otras escuelas no objetan que los partidos lleguen a las aulas. (Ver "No es malo adherir...")
Como se recordará, fueron presentados en la Legislatura cuatro propuestas (tres oficialistas y una radical) que propician hacer obligatorios los centros de estudiantes en las escuelas, permitiendo incluso que participen los partidos políticos. De hecho, uno de los proyectos oficialistas habilita a que los partidos puedan ayudar económicamente a los centros de estudiantes y financiar sus actividades. Esto estalló como dinamita en la discusión de los alumnos.
"Queremos hacer nuestro propio proyecto y que cada centro de estudiantes pueda elaborar el suyo; rechazamos la uniformidad en las reglas, porque cada escuela es distinta", opinó María Susana Alsogaray (18), de la Escuela Normal.
Respecto de la forma de elegir y ser elegido, contó que en la Normal se vota por cargo: el presidente puede ser de la lista Azul, y la secretaria de finanzas, de la Roja. "Es lo más democrático", afirmó. Para ella, la militancia en la escuela es difícil. "Muchas veces enfrentamos intolerancias. Hay muchas escuelas en las que no permiten que los alumnos se organicen", indicó.
La expresión de todos
Sobre estos temas también se debatió en la Comercio N° 1. "Además del voto de los 16 años -que ya es ley- los chicos expusieron que es necesario que los centros sean de constitución obligatoria, pero dijeron que no quieren la participación de ningún partido, porque consideran que los centros estudiantiles son la expresión de todos y que hay que respetar la ideología de cada uno", dijo Cortés, coordinadora del proyecto. En los privados hubo adhesión a esa postura.
Estudiantes que integran el Consejo de Alumnas del Colegio Santa Catalina, que surgió hace 25 años en la institución, opinaron que es todo un aprendizaje militar en un Consejo con tanta trayectoria. Está integrado por 37 miembros (una mesa directiva y 10 secretarías) que se deben a una asamblea general: a todo el estudiantado. Y están apoyados por tres asesores.
Este año cambiaron su estatuto para incluir a la minoría. "Fue un desafío", dijeron Agostina Villarreal (17); Lucía Gerez ; Sofía Solórzano (15) y Rocío Nastique (17).
Las chicas estuvieron de acuerdo en que los centros deben estar regulados por ley. "Iniciamos la vida ciudadana en la escuela como parte de la formación, y no creo que estas primeras experiencias deban estar influenciadas por los partidos políticos, sobre todo por las características que tienen hoy", aseveró Agostina. "No tienen nada que ver con nuestra razón de ser, ni por lo que militamos; a los recursos los generamos nosotras mismas", añadió Rocío. Respecto del voto a los 16, las estudiantes aclararon que el centro "no adhiere a las campañas políticas partidarias".